La exploración y explotación del Arco Minero de Guayana ha generado posiciones encontradas en el país, por la manera inconstitucional e ilegal en que el gobierno aprobó su intervención por parte de empresas trasnacionales, sin la aprobación de la Asamblea Nacional y sin la existencia de estudios ambientales preliminares para determinar el impacto ambiental de esta actividad minera que prevé la explotación de minerales estratégicos como el carbón, el coltán y el manganeso; minerales metálicos como el oro, hierro, bauxita, cobre, cromo, magnesita y níquel; y minerales no metálicos como diamante, fosfato, caliza, feldespato, dolomita, yeso, caolín, grafito y talco.
Para el miembro de la dirección regional de Primero Justicia en el estado Bolívar Braulio Merino, la explotación del Arco Minero de Guayana “será positiva siempre en el marco de la legalidad y el respeto a los derechos de las comunidades que habitan en el área a intervenir”, además del cumplimiento de las normas medioambientales a cuyo acatamiento se ha comprometido Venezuela con la firma de acuerdos y tratados en la materia.
Consultado en torno a este espinoso tema, Merino respondió que “el Arco Minero, como proyecto, no es malo, ya que no puede concebirse que un pueblo esté pasando hambre y bajo sus pies exista una inmensa fortuna sin explotar. Pero deben establecerse varias condiciones para el desarrollo de este plan”.
Al respecto enumeró algunas propuestas a considerar:
1.- Priorizar las normas de explotación para garantizar el menor daño posible a las áreas afectadas.
2.- Establecer un proyecto de rescate de las áreas afectadas una vez culminada la explotación.
3.- Canalizar, todo lo que se genere en el arco minero hacia inversiones alternativas que garanticen que, una vez culminado el proyecto, el país cuente con ingresos para mantener el nivel de vida de las nuevas generaciones de venezolanos.
4.- Desarrollar aguas abajo una industria que garantice el mayor aprovechamiento de los minerales que contiene el Arco Minero para potenciar los ingresos del país y mejorar el nivel de exportaciones.
5.- Liberar las trabas que impiden o hacen difícil la exportación de estos productos.
6.- Combatir a las mafias de militares, pranes y delincuentes que operan en las zonas entregadas para su explotación.
Lo que hay que revisar
Merino recordó que poco tiempo después de la segunda discusión en la Asamblea Nacional de la Ley que reserva para el Estado la Exploración y Explotación del Oro y Minerales Estratégicos, Nicolás Maduro, firmó de manera ilegal contratos por 4,5 millardos de dólares con empresas nacionales y extranjeras supuestamente para fortalecer el Motor Minero.
Diputados al parlamento como Jorge Millán, también de Primero Justicia y miembro de la Comisión Permanente de Energía y Petróleo, denunciaron que estos actos eran inconstitucionales y el otorgamiento de las concesiones ilegales por cuanto la Carta Magna es muy clara al plantear que las riquezas del subsuelo y las concesiones de interés público deben pasar primero por la Asamblea Nacional. En tal sentido, tanto el Ejecutivo como las empresas asociadas al plan de desarrollo integral incurrieron en delitos tipificados en nuestra legislación.
Además hay que revisar otros aspectos que tienen que ver con la protección del ambiente, de los ríos y de los suelos de Guayana.
Víctor Álvarez, ex ministro de Industrias Básicas y Minería, advirtió que “los principales beneficiarios suelen ser las empresas transnacionales autorizadas para la explotación, mientras que los costos sociales y ambientales suelen ser transferidos a toda la sociedad”, mientras que su ex compañera de partido y de gabinete Ana Elisa Osorio, ministra de Ambiente entre 2000 y 2005), denunció que la deforestación de los bosques podrían llevar a un proceso grave de desertificación al sur del país, toda vez que la capa vegetal de la zona no es recuperable.
A ello suma el daño que se le puede causar a los ríos que atraviesan todo el Arco Minero, porque la excavación, deforestación y arrase de la capa vegetal del suelo y el empleo de cianuro, pueden ocasionar la percolación del líquido hacia los ríos Orinoco, Caroní, Cuchivero y Caura, que son las reservas de agua de nuestro país. Y las represas hidroeléctricas del Caroní, que generan la mayoría de la electricidad consumida en Venezuela, se ubican en esta zona.
Arco Minero
El Arco Minero del Orinoco es una extensión de 112 mil kilómetros cuadrados que se extiende mayoritariamente al norte del estado Bolívar, aunque también toca partes de Amazonas y Delta Amacuro. Lo atraviesan selvas como Imataca, La Paragua y El Caura, que en conjunto abarcan más de ocho millones de hectáreas, además de las cuencas de los ríos Orinoco y Caroní.
El plan prevé la explotación de minerales estratégicos como el carbón y el manganeso; minerales metálicos como oro, hierro, bauxita, cobre, cromo, magnesita y níquel; así como minerales no metálicos como diamante, fosfato, caliza, feldespato, dolomita, yeso, caolín, grafito y talco.
El Arco está conformado por cuatro bloques para la exploración y explotación:
1.- De 24 mil 717 Km2 de extensión, que tiene como límite más occidental el río Cuchivero, es rico en coltán, oro, bauxita y diamante.
2.- De 17 mil 246 Km2 de extensión, es abundante en minerales no metálicos como el diamante y oro aluvional,
3.- De 29 mil 730 Km2 de extensión, que va desde el sector río Aro hasta el límite este del Arco Minero, donde predominan el hierro, oro, diamante y bauxita.
4.- Conformada por el área conocida como Sierra de Imataca del Arco Minero del Orinoco, constituido principalmente por yacimientos auríferos.
En la explotación participarán empresas de capital ruso, canadiense, británico, surafricano, estadounidense, chino, australiano y venezolano. El gobierno aspira percibir por esta actividad, anualmente, entre 3 mil y 4 mil millones de dólares.
Fuente: Prensa Primero Justicia Heres
Fecha: 17 de enero de 2017