Para Julio Anzola, coordinador del Consejo de Coordinación Agropecuaria de Lara, las condiciones de trabajo del sector agrícola de Lara y del país, son lamentables. El sector primario se ve gravemente afectado por la situación económica y política de Venezuela y sus caídas productivas se traspolan a los sectores secundarios y terciarios, también afectados por la coyuntura actual.
Los productores del campo se mantienen activos en condiciones paupérrimas, muy negativas, por lo que la predicción de producción para este año es terrible… El país se puede quedar sin radiadores, sin amortiguadores y sin juguetes, pero no se puede quedar sin comida y eso es lo que puede pasar de no apoyar a tiempo al sector primario.
Destacó que el gremio agrícola está a riesgo de quedarse sin producción porque los insumos y repuestos son costosos, sumado a que parte importante de los procesos está sometido a control.
Todo aquí es importado, pero tampoco hay dólares con los cuales importar… Existe la alternativa del dólar libre, pero no es compatible con los precios en Venezuela. Es un círculo vicioso que nos lleva a un colapso total.
Advirtió a consumidores y ciudadanía en general que la situación que atraviesa el sector primario es “dramática”.
En este sentido, recordó que sectores como el caficultor se encuentran prácticamente en quiebra, a pesar de que el rubro se importa a mayores costos, que si se produjera nacionalmente. Subrayó que años atrás Lara fue el mayor estado productor de café del país.
Lara pierde potencial
Así como otros estados, Lara pierde niveles productivos en rubros en los cuales años atrás fue líder nacional o al menos un estado destacado. Citó casos como el café, caña de azúcar y papa, tres rubros importantes desde el aspecto alimenticio y en la mesa del venezolano.
Anzola recordó que en 2016, a pesar de diversos ofrecimientos y reuniones entre representantes del gobierno y sector productivo, no se importó la semilla de papa, por lo cual esta no pudo ser renovada. La semilla sembrada en la actualidad ha perdido cualidad genética y rentabilidad, lo cual incrementa los costos de producción.
Es de destacar que a pesar de que hubo una autorización por parte del Gobierno Nacional a asociaciones paperas para importar la semilla a dólar libre, el reciente incremento en dicha tasa, impidió que la compra se realizara.
Debido a la experiencia de proveedores internacionales con Agropatria, existe una negativa en el exterior para comercializar semillas con Venezuela, incluso tratándose de organismos privados.
En materia cañicultora, Anzola reseñó que sólo Lara ha perdido más de la mitad de las hectáreas de tierras que producían anteriormente el rubro.
“Los centrales también azucareros se han convertido en espacios para la manufactura de meladura importada, lo que trae como consecuencia la liquidación de las fuentes de trabajo en el campo”. También ha disminuido la disposición de maquinarias, que además son importadas.
“El gobierno no puede pretender que los productores subsidien la agricultura, a cuesta de la poquita ganancia que puedan tener”, manifestó el coordinador del consejo consultivo, quien además acotó que la situación agrícola venezolana se debe analizar desde la macroeconomía, por lo que requiere de cambios estructurales y profundos, a fin de una recuperación.
Julio Anzola puntualizó que se requiere liberación de precios y del dólar, abrir fronteras para el intercambio comercial, así como cambios en la estructura económica del país, los cuales soporten dichos ajustes. Todo esto acompañado de un programa de ayuda social y compensación para los venezolanos de escasos recursos.
FUENTE: EL IMPULSO
08 DE ENERO DE 2017