La crisis económica en Venezuela repercute en todos los sectores productivos incluido el ganadero, que se ve perjudicado por un contexto que cada vez disminuye más la producción de carne y lácteos, ambos rubros han disminuido 50% en lo que va de 2018.

La fuerte sequía que arropó varios estados tradicionalmente ganaderos, produjo una mortandad importante para el rebaño del país: unas 54.000 reses, según el presidente de Fedenaga, Carlos Albornoz. Aunque las lluvias iniciaron en todo el territorio nacional, los animales no dejan de morir por diversos motivos: enfermedades, invasiones, escasez de materias primas y robos, son algunos de los más comunes.

Entre las principales causas está la imposibilidad para obtener vacunas debido a sus elevados precios, que contribuye a la proliferación de las enfermedades y epidemias, con la consecuente muerte de animales. Además, se presenta una situación recurrente con delitos de abigeato bajo un modus operandi nuevo: la muerte de las reses en el sitio para robar la carne.

El presidente de la Federación de Ganaderos del Lago de Maracaibo (Fegalago), Gerardo Ávila, denunció que hay reportes de ataques a fincas todas las semanas, especialmente en zonas como la Sierra de Perijá.

Esta serie de hechos ha provocado una baja importante en el rebaño de reses del país. Las cifras oficiales del Gobierno apuntan a que existen 16 millones de vacas en Venezuela; sin embargo, advierten que esta cantidad se acerca más bien a los 9 millones.

Con información de Tal Cual

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