Luego de la suspensión de actividades escolares por seis días, debido al megaapagón que afectó al país, a los que se suman dos días por la extensión repentina del asueto de carnaval, el Observatorio Educativo de Venezuela considera que será necesario reprogramar y extender el calendario escolar.

La coordinadora del Observatorio, Olga Ramos, señaló que el reinicio de las clases no se realizó con las condiciones mínimas en todas las escuelas del país. Citó reportes de planteles que, por ejemplo, en el estado Zulia aún no tienen agua. También indicó que otras instituciones reportaron informaron averías en el cableado, equipos dañados e incluso hurtos durante la interrupción del servicio eléctrico.

La profesora consideró que tras esta interrupción de las actividades es necesario que cada escuela evalúe cuánto tiempo se ha perdido de clases y planifiquen, en alianza con los representantes, el espacio para recuperar días y garantizar el aprendizaje de los estudiantes. Agregó que las inasistencias de los alumnos y la falta de docentes también impacta en perder horas de clase.

Añadió que para esto será indispensable garantizar los compromisos laborales con los docentes y darles facilidades para trasladarse a la escuela. “La pérdida de actividades ha sido fundamentalmente responsabilidad del Estado”, sentenció.

Ramos, también miembro de la asociación de Asamblea de Educación, insistió en que además es fundamental evaluar sobre qué contenidos retuvieron los estudiantes, además de monitorear el nivel de estrés o daño psicológico-emocional que puedan tener los niños, niñas y adolescentes.

Sostuvo que los docentes también requieren de un acompañamiento en estas circunstancias: “Así como el estudiante que no come no aprende, el maestro que no come no puede enseñar bien. Y si no tiene estabilidad emocional y psicológica tampoco”, expresó.

Plan de emergencia pedagógica

La directora de las escuelas de Fe y Alegría, Noelbis Aguilar, informó que este lunes 70% de sus escuelas comenzó clases. El 30% de los planteles restantes reportaron problemas de agua: “No pudieron abrir sus puertas porque el jueves y viernes no fue posible contratar cisternas”.

Explicó que desde el movimiento educativo aplicaron un “plan de emergencia pedagógico” que implica que los maestros puedan dialogar con los alumnos sobre cómo vivieron el megaapagón y debatir sobre cómo actuar ante ese tipo de contingencia. Celebró que hubo entre un 60 y 70% de asistencia, esto debido a la motivación que tenían muchos escolares por reencontrarse.

La educadora opinó que en las escuelas será esencial “aprovechar el tiempo de calidad en las aulas” y que los representantes se involucren para apoyar en el aprendizaje desde el hogar.

Fernando Pereira, fundador de Cecodap (Centro Comunitario de Aprendizaje), consideró que no se puede hablar que se reiniciaron las actividades escolares de forma “normal”. Consideró que necesario hacer un paréntesis en los contenidos del currículo para darle cabida a que los alumnos puedan expresarse: “Eso quiere decir que la escuela se interesa por lo que le pasa a los estudiantes y así los estudiantes se van a interesar por la educación.

Agregó que desde su organización insisten en que las escuelas deben permanecer abiertas como “centros de protección”. Consideró que también será necesario aplicar cierta flexibilidad en los horarios y en el uso de los uniformes por las dificultades que pueden tener en algunas casas con las labores domésticas.

Con información de Efecto Cocuyo

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