Para el presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción (CVC), Juan Andrés Sosa, la ausencia de créditos en la banca es otra de las causas que se suma a la paralización del sector que él representa. En 2019 la actividad alcanzó 95 % de inoperatividad. Una cifra que aqueja tanto a privados como a públicos.

“El sector está 95 % paralizado, esto se debe a las medidas adoptadas por el Ejecutivo, a la ausencia de crédito para la construcción y la descapitalización de la banca, al empobrecimiento de la población. Con estas medidas que tomaron de aumento del encaje legal el crédito es casi inexistente, aunado a eso, está el quiebre de las empresas básicas de Guayana que están cerradas. La única que queda operando es la Siderúrgica Zuliana C.A (Sizuca) que opera al 18 % y produce el 1,8 % de su capacidad instalada”, explica.

Sosa dice sin vacilar que “la actividad de la construcción está en cero”. En Caracas, proyectos como el centro comercial El Recreo de La Castellana, llevan años sin concluir. Las grandes edificaciones que se erigían en la capital del país son hoy escombros o pequeños edificios en zonas empresariales como la de Las Mercedes, donde se observa mayor dinamismo. Venezuela registra una contracción en su economía desde hace cinco años y casi dos en hiperinflación.

Un obrero gana entre 40.000 y 60.000 bolívares semanales. Uno en un recorrido realizado en Caracas el 1° de marzo. William José lleva más de 20 años dedicado a la construcción, su experticia es la electricidad. Explica a Crónica.Uno que los salarios dependen del ramo en el que se desempeñe cada empleado.

Las protestas por mejoras salariales se intensificaron en la nación en 2018. Distintos gremios acusan al Ministerio del Trabajo de acabar con los contratos colectivos e imponer un sueldo único a los laboristas, que en la mayoría de los casos parte de los Bs. S. 18.000, cuando algunas tablas establecen un 7 % por encima de ese monto, como es el caso de los obreros de la Universidad Central de Venezuela.

Sobre el éxodo masivo de venezolanos, que según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en 2017 se ubicó en tres millones, el presidente de la CVC señala que “son menos viviendas que se demandan, menos comercios, entonces el sector probado se paraliza”. Además, sostiene que la caída de la producción de Petróleos de Venezuela, que en el último año disminuyó un 40 %, también afecta al sector público ante la baja en el flujo de caja de la estatal, la principal proveedora de divisas de la nación.

Sosa explica que en condiciones normales un proyecto inmobiliario puede culminarse entre dos y tres años, no obstante, advierte que ante la falta de financiamiento y de materias primas las obras pueden llevar mucho más tiempo.

Con información de Crónica Uno

 

Ir a la barra de herramientas