La situación de las compañías de televisión paga es un drama que está a la vista. Directv, Inter, Supercable, NetUno, entre otras, sufren los embates de la ausencia de divisas. Desde hace dos años no se le asignan dólares al sector y las empresas deben hacer malabares para mantener el servicio.

Ronald Rodríguez, presidente de la Cámara Venezolana de Televisión por Suscripción, señala que atraviesan una gran crisis ante la imposibilidad de reponer materiales, el aumento de conexiones ilegales, la reventa de equipos en el mercado negro. Pero la falta de moneda extranjera no solo incide en el aspecto técnico: los canales podrían salir del aire ante la dificultad que representa, entre otras cosas, repatriar el pago que ellos reciben en bolívares, todavía, a tasa Sicad de 13,85.

A esa mezcla, que podría culminar con un apagón parcial del servicio, hay que añadirle otro ingrediente. Desde hace dos años las cableras mantienen los precios congelados. A finales de octubre Andrés Eloy Méndez fue nombrado presidente de Conatel, pero hasta ahora los representantes de las compañías no han sido convocados a la primera reunión.

—¿Cuál es el estado actual del sector?

—Es bastante difícil. Estamos atravesando una gran crisis debido a una multiplicidad de factores como la falta de divisas, las tarifas congeladas por más de dos años, el robo de los equipos que ha sido mortal para la calidad del servicio. También algo que nos afecta es el sabotaje a las redes de las empresas, que no sabemos si es porque hay quienes intentan acceder al servicio de manera ilegal. Además de la inconsistencia con el suministro eléctrico, que aunque en Caracas no es tan evidente, sí afecta al interior. Hay falta de insumos, fuga de talentos.

—¿Cuál ha sido el crecimiento de la televisión por suscripción en 2016?

—Con respecto al pasado, este año el crecimiento ha sido mucho menor. Creemos que no llegamos al 10% cuando en años anteriores ha sido de entre 20% y 25%. Hasta ahora Conatel no ha publicado las cifras oficiales.

—¿Por qué no se mantuvo el crecimiento?

—Porque falta el equipamiento para crecer en nuevas redes. Hay escasez de equipos terminales; por ejemplo, en el caso de Directv no hay decodificadores. En el caso de la televisión terrestre falta fibra óptica, conectores. Nada de eso se produce en el país, todo debe importarse. Hay algunas cosas que pueden conseguirse, pero el costo es inmenso.

—En medio de esta crisis, ¿cuál es la principal preocupación de los operadores?

—Lo que más nos preocupa es la calidad de servicio al cliente, no poder cumplirle. Eso es algo por lo que luchamos, pero al no tener equipos, divisas ni forma de reponer el inventario, es un gran problema.

—¿Cómo han sorteado la imposibilidad de aumentar las tarifas?

—Las que sufren más son las empresas pequeñas. Esto es una gran dificultad. Habrá algunas empresas en el interior del país que se han atrevido a aumentar los precios, pero deben decidir entre eso o el cierre. Y las grandes empresas deben hacer malabares entre los gastos, pagos, inversiones. A todo eso hay que sumarle los constantes aumentos de salario y cestatickets.

—¿Cómo les ha afectado haber pasado a tasa Dicom?

—Nos afectó enormemente. Los contratos de programación, el pago de canales internacionales, las conexiones, todo estaba a esa tarifa. Todo se calculaba a un poco más de 13 bolívares, al siguiente día ya estaba en 200. ¿Y a cuánto está hoy? Si sacas la cuenta de cuánto pagabas a un canal cualquiera, esa variación fue de aproximadamente 2.000%. Y nosotros no hemos podido aumentar al servicio. Hacemos malabares con las finanzas de las empresas. Ha sido bastante duro. Si se compara el costo de un servicio básico de cable en América Latina cuesta entre 17 y 18 dólares. ¿En Venezuela? Menos de uno.

—¿Puede suceder un apagón de la televisión por suscripción?

—No total, pero de no poder ajustar las tarifas posiblemente algunas señales se apaguen mientras se negocia. Pero no creemos que vayamos a un blackout definitivo. Todos los canales cobran en bolívares y la repatriación del dinero es un proceso por demás complejo. El panorama se complica cada vez más. Llegará un momento en el que algunos tomarán la decisión de irse porque permanecer no les resulta rentable.

Más barato que un dulce

“Los clientes también deben valorar la importancia de todos sus servicios, no solo el de la televisión por suscripción”, sentencia Ronald Rodríguez. Para ello, Cavetesu se plantea hacer una campaña de concientización sobre este tema.

“La gente debe tomar conciencia de sus servicios. La televisión te distrae, te entretiene, te informa. No puede ser que un servicio de televisión por suscripción cueste menos que un chocolate. Muchas veces no se entiende cuántas cosas se manejan atrás. Las telecomunicaciones no son valoradas como se debe porque como es barato, la gente no le da la importancia necesaria”, explica.

Afirma que las personas se quejan de la calidad del servicio, pero lo que no saben es que, una vez que reciban divisas, a las empresas les va a tomar entre tres y seis meses comenzar a recuperarse.

FUENTE: EL NACIONAL
FECHA: 14 DE NOVIEMBRE, 2016

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