Preocupación y angustia se apoderan de los carabobeños en la cuarentena social decretada por Nicolás Maduro para evitar la propagación del COVID-19. No solo deben lidiar con la necesidad de abastecerse de alimentos, sino que también están luchando con el alza de los precios en los productos alimenticios y la falta de combustible. Los consumidores denuncian sobreprecio y piden supervisión de los comercios.

Yusbelis Barboza tiene 43 años de edad, y sobre sus hombros pesa la manutención de sus dos hijos, un adolescente de 13 años y una niña de 9 años. A la mujer, que es estilista independiente, le preocupa el abastecimiento de alimentos, por ello, insiste en que el gobierno cree un plan de distribución ante la contingencia.

Mi mayor temor es que estoy con la poca reserva de mis ahorritos, de los últimos días que pude trabajar. Si la cuarentena sigue más de 15 días no voy a tener dinero para comprar comida”, relató.

Olimar Rojas vive en el norte de Valencia, tiene 67 años de edad. Expresó que siente frustración. Cobró su pensión y apenas pudo comprar un pedazo de chicharrón, que lo utiliza como proteína, lo tritura y lo rinde para el relleno de arepas. Logró comprar un pedazo de queso en 300.000 bolívares porque una amiga le regaló el dinero.

El kilo de queso está en 400.000 bolívares y la carne es ofertada en 320.000 bolívares por kilo.

Yesenia González vive en el municipio Los Guayos, en el sector Buenaventura. Manifestó que siente temor porque, ante la falta de gasolina, muchos establecimientos que se dedican a la venta de alimentos permanecen cerrados. Muchos comerciantes residen en otros municipios de Carabobo y por falta de combustible no han podido abrir sus puertas.

Con información de Crónica Uno

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