En Carabobo la vulnerabilidad de los sectores populares es cada vez mayor. Los habitantes de la urbanización Santa Inés, en el sur de Valencia, reportan afecciones respiratorias atribuidas al humo que inhalan debido a que desde hace aproximadamente cuatro meses se han visto obligados a cocinar con leña ante la falta de gas doméstico.
Doralys Hernández vive en el sector 1 de Santa Inés y es una de las afectadas. Hace más de cuatro meses pagó al consejo comunal por el servicio de recarga de las bombonas, pero hasta la fecha no han visto ni el rastro del camión de Gas Drácula. Como consecuencia, aseguró, muchos han tenido que recurrir a la leña como paliativo, poniendo en riesgo su salud.
Otros con un poco más de posibilidades pudieron comprar hornillas eléctricas. Aunque el proceso de cocinar en estos artefactos es mucho más lento que cuando se hace en una cocina a gas, resulta una opción menos engorrosa y peligrosa que la leña. Sin embargo, debido a las reiteradas y prolongadas interrupciones del servicio eléctrico registradas durante las últimas semanas, gran parte del tiempo también quedan en jaque: sin electricidad ni gas.
El lunes 29 de julio el presidente de la Corporación Gas Drácula, coronel José Parada, anunció que en al menos 15 días 15 días podría solventarse el retraso con la distribución del gas doméstico en el estado, donde ya hay una lista de espera de al menos 320 gandolas. También detalló que entre el viernes y sábado de la semana pasada comenzarían a despachar el gas mediante un plan que les permitiría trabajar las 24 horas.
Pese a las declaraciones de Parada, luego de más de una semana en Santa Inés el problema no ha sido resuelto. En el sector 4 de la misma urbanización vive Fany Arias. Es una mujer de la tercera edad, diabética, viuda y, aunque tiene hijos, no viven con ella. Todos los días, desde hace más de dos meses, debe prepararse el desayuno, el almuerzo y la cena en un fogón a leña que tuvo que improvisar en su casa.
Para ella incluso la búsqueda de las ramas secas para encender el fuego representa una dificultad. “Tengo que andar recorriendo todo El Recreo buscando un palo de leña (…) algunas veces el vecino de al lado me presta”. Arias criticó las deficiencias en el servicio de distribución del gas ya que, según sus palabras, además de llegar tarde solo les permiten llenar una bombona.
En Santa Inés, sí como en muchas urbanizaciones del sur de Valencia, los problemas abundan y las soluciones por parte de las autoridades escasean. Pero, a juicio de Dalia Mendoza, actualmente el problema más importante es el de la falta de gas. “Somos varios sectores que estamos viviendo esto. Hay mucha gente cocinando con leña y están enfermas”. Entre los afectados hay personas mayores y niños.
Erika Santana es del sector 6. La mayoría de las veces ella usa cocina eléctrica aunque le toma “hasta más de dos horas” hacer la comida para sus dos hijos pequeños. En otras ocasiones resuelve yendo hasta la casa de su cuñada, en el urbanismo Ciudad Chávez, a preparar la comida, porque allí sí hay gas.
“Este un país petrolero, ¿cómo es posible que ni siquiera nos puedan surtir una bombona?”, criticó Santana. “Piensen en los niños, que son los más afectados. Uno puede aguantar, pero ¿cómo le decimos a un niño que aguante porque no hay comida?”.
El de José Gallardo, otro de los vecinos afectados, fue un llamado desesperado, dirigido particularmente al gobernador Rafael Lacava y al alcalde de Valencia, Jesús Marvez. “Solicitamos a las autoridades que se aboquen para que nos solucionen este gran problema que tenemos toda la comunidad. Estamos pidiendo a gritos que resuelvan esto”, sentenció.
Con información de El Carabobeño