Antiguamente se le conocía como la sucursal del cielo, pero ahora enfrenta uno de sus peores momentos. Este miércoles se cumplieron 451 años de la fundación de la ciudad Santiago de León de Caracas, sus habitantes viven una crisis sin precedentes, en la cual los servicios de agua, electricidad, transporte público y vialidad se han vuelto en el principal mal que deben soportar.
Los caraqueños encuentran a diario una ciudad inmersa en problemas que aún no tienen solución. Cosas tan mínimas como trasladarse de un lugar a otro se piensan dos veces, debido a las dificultades que se registran a diario en la ciudad. No hay camionetas, no hay efectivo, y los vehículos que ha dispuesto el Gobierno, llamado “perreras” se convierten en un riesgoso medio de transporte que ha cobrado la vida de al menos 30 personas, según conteos extraoficiales.
El servicio de agua potable es otro mal que ha originado una serie de protestas en los últimos meses en diversas comunidades. Algunos alegan que llevan hasta tres meses sin contar con líquido en sus grifos y así poder realizar sus actividades diarias.
Los cortes eléctricos también se manifiestan en este caos, no tanto como en el interior del país, pero a diario uno que otro sector padece el deterioro del sistema eléctrico nacional.
Pese a todos estos males, El Ávila parece ser el mejor regalo para la ciudad: verde, fresco e incansable. La emblemática montaña sigue ahí, al pie de la ciudad para seguir ofreciendo a los caraqueños un aliento en medio del pandemónium en que han convertido a la Sultana.
Con información de Caraota Digital