La causa parte, en gran medida por la crisis económica de Venezuela, que desde noviembre de 2017 atraviesa una histórica hiperinflación y donde los precios sufre variaciones de hasta el 3% de aumento diario, golpeando con cada vez mayor agresividad el bolsillo del venezolano.
Frente a la problemática económica, el consumo de las tres comidas parece utópico para muchos. Hoy se requieren de al menos 40 sueldos mínimos para cubrir la canasta básica, distancia que aumenta con el pasar de los meses.
“En los años 90, cuando empezó a aparecer este fenómeno en las ciudades, los niños se iban de sus hogares porque eran víctimas de maltrato, ahora salen a buscar lo que no hay en sus casas, que es el alimento”, indicó Nelson Villasmil, representante del Consejo de Protección de los Niños y Adolescentes de Petare, al medio español.
Mientras, se estima que más de 5.000 menores estaban instalados encasas-hogares, cifra recogida hasta el año 2017; sin embargo, la falta de recursos y el éxodo masivo de profesionales en distintas materias ha tenido impacto directo en esta área, contando cada vez con menos especialistas para la atención de menores.
Con información de El Estimulo