El diagnóstico de la fundación Cáritas Venezuela sobre el hambre es contundente. En un monitoreo realizado entre octubre y diciembre de 2016 en 25 parroquias del país, la institución de la iglesia Católica detectó que la crisis se ha instalado lentamente y ha tenido una reagudización en los últimos meses. De 818 niños menores de cinco años evaluados en circunscripciones de Distrito Capital, Zulia, Miranda y Vargas, 9% sufre de desnutrición aguda: Una proporción que enciende las alarmas a nivel internacional.

Ese casi 10% de la muestra evaluada por Cáritas Venezuela en las parroquias de los cuatro estados, lo engrosan casos de desnutrición moderada y severa. De acuerdo con Susana Raffalli, experta en seguridad alimentaria y nutrición, los primeros están en riesgo de enfermarse, mientras que los segundos están en riesgo de morir.

Estos criterios obedecen a las clasificaciones utilizadas por la Organización Mundial de la Salud y el marco implementado por la Seguridad Alimentaria en Emergencias Humanitarias (cuyas siglas en inglés son IPC) y representan la primera data recabada en el país que puede ser llevada a instancias internacionales.

“La OMS señala que, cuando llegas a 10%, el país alcanza una gravedad media. Anteriormente, Venezuela no alcanzaba niveles de gravedad o tenía el mínimo aceptable”, indicó la especialista. Añadió que esta barrera la alcanzan algunos de los estados en donde se realizó el monitoreo. Uno de ellos es Vargas, donde la prevalencia de desnutrición aguda llegó a 12.9%.

Cáritas no solo detectó los casos de desnutrición aguda en las 25 parroquias, sino también aquellos de desnutrición crónica. La diferencia entre ambos, explicó Raffalli, es que los primeros se dan en menor tiempo y es posible observarlos en el peso de los pequeños. Los casos crónicos no. La situación de crisis debe darse por un período prolongado y sus efectos se reflejan en la estatura de los niños: solo una buena alimentación les permite ganar los centímetros que corresponden con su edad.

Los resultados referentes a la desnutrición crónica fueron tan alarmantes como los de la aguda. “En cuanto a la talla (estatura) se registró un déficit de 18%. Eso quiere decir que de cada 100 niños que medimos, a 18 ya se les había retardado el crecimiento“, advirtió Rafalli.

En desnutrición crónica, la entidad que descuella en el informe es la zuliana, con 25%. A este le sigue Miranda, con 18%. Caracas y Vargas se encuentran unos 8 puntos por debajo. Sobre Zulia, la especialista en seguridad alimentaria indicó que es el único estado estudiado en donde hay una población indígena. A esta consideración también se suman los conflictos que ha traído el cierre de la frontera con Colombia.

Explicó que las deficiencias vinculadas a la talla son irreversibles. Mientras que los niños pueden ganar peso con una dieta balanceada, los centímetros que perdieron durante su etapa de crecimiento jamás los podrán recuperar. La talla, indicó, es solo la punta del iceberg: el problema que yace debajo es un déficit del desarrollo cognitivo.

El monitoreo de Cáritas también detectó que los niños que se ven más afectados dentro del grupo son los que se encuentran entre los seis meses y los dos años. La especialista explicó que los más pequeños podían haber presentado problemas de nutrición, incluso durante el proceso de gestación porque las madres tampoco se alimentan adecuadamente.

“Los niños escolares son más fáciles de cuidar que los preescolares porque los segundos están con sus madres y ellas están comiéndose un cable. Los otros van a la escuela y pueden acceder al programa de alimentación“, explicó.

A pesar de la situación, aseguró que la fundación Cáritas pretende seguir expandiendo su monitoreo a otros estados del país, como Bolívar y Sucre, para dejar registro de cómo evoluciona la crisis, pero también para ayudar a los más pequeños. Raffalli aseguró que los primeros mil días de un niño son los más importantes y que con el Sistema de Monitoreo, Alerta y Atención en Nutrición y Salud, Cáritas ha podido brindar su apoyo en algunos días de ese período.

“Estamos dando de alta a los niños que empezamos a proteger desde septiembre”, dijo sobre los casos en riesgo de desnutrición o con desnutrición leve que detectaron con el inicio del estudio. “A algunos se les quitó el suplemento y solo se les está dando la vitamina para que puedan terminar de recuperarse”.

Fuente: Efecto Cocuyo

Fecha: 02 de febrero de 2017

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