Existen diferentes formas de vestir para determinadas ocasiones. Siempre ha sido así. Si va a una boda seguramente buscará algo elegante; no va a ir a correr con un jean y unas botas vaqueras, para eso se coloca algo cómodo y zapatos de goma; mucho menos entrará a su trabajo en traje de baño, a menos que sea alguna especie de salvavidas en un programa de televisión. También hay maneras para ir al estadio.

No es una regla, ni un requisito para comprar una entrada, nunca lo ha sido y jamás lo será, pero a los fanáticos les gusta llevar algo que represente al equipo de sus amores. Algunos solo lucen una gorra, otros van con las camisas y los más pasionales parecen listos para saltar al terreno y mezclarse con los jugadores.

Ir al Estadio Universitario y caminarlo un buen rato significa toparse con infinidad de casacas de los Tiburones de La Guaira y los Leones del Caracas, así como de los Navegantes del Magallanes e incluso los Bravos de Margarita. Algunas son originales y otras pueden ser “made in quien sabe dónde”. De cualquier forma, cada una tiene un precio que va estrechamente relacionado con la crisis económica que atraviesa Venezuela.

Al menos en el Universitario hay dos formas de hacerse con alguna prenda: En la Plaza de los Estadios, llena de tarantines, o en las boutiques oficiales de los escualos y melenudos, ubicadas en el anillo de concesionarios.

Afuera, en donde la informalidad es el matiz predominante, una gorra –no importa de qué equipo- puede ir desde los 80.000 Bs. hasta los 200.000 Bs. “Las de visera plana son las más caras”, comenta uno de los dueños de una improvisada tienda. “Las chaquetas están en 160.000 Bs. y las camisas en 150.000 Bs.”. Los montos no varían mucho en los toldos en la plaza. Aunque algunas de las casacas pueden llegar a los 200.000 Bs.

Original cuesta caro.  La cerveza fría es lo único a lo que se puede aferrar William Prado, mientras ve como el palo de agua retrasa el juego entre Águilas y Tiburones. Él es uno de esos que van al estadio con gorra y camisa, entonces no es necesario preguntarle por la ferviente pasión hacia los salados, pero sí se vuelve un menester hacerle una interrogación: ¿Cuándo fue la última vez que compró algo de La Guaira?

“Esta gorra, el año pasado”, responde antes de enterarse de que el precio actual de la cachuchas está entre 151.000 Bs. y 218.000 Bs. “¡Woow! Tal vez para algunos no está caro, pero yo sí lo veo costoso”.

En la tiendita de los Tiburones, en el ala izquierda del Universitario, las franelas cuestan 45.000 Bs. y las sudaderas 99.000 Bs. Pero lo más deseado por cualquier seguidor son las camisas originales, las mismas que usan José Castillo o José “Cafecito” Martínez: la negra está en 400.000 Bs. y la blanca, la de casa, en 532.000 Bs., ese último precio representa casi la multiplicación por 4 del sueldo mínimo actual en el país (136.543,4 Bs.).

“Bueno, pero qué no está caro en el país”, dice Andrés Vásquez, joven guairista que compró una gorra original al comienzo de la campaña. “Más adelante me podría dar la plata para comprarme una camisa, pero preferiría no hacerlo”.

De todas maneras no hay mucha variedad, con respecto a años anteriores. Solo Tigres de Aragua y Cardenales de Lara estrenaron nuevos uniformes esta campaña. Al menos, aquellos mortales que se tendrán que conformar con sus casacas de antes, no estarán muy perdidos en el espacio-tiempo de la moda del beisbol.

Publicado por El Nacional

22/10/2017

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