Quebrados y estafados, así indicaron sentirse los cañicultores del estado Sucre, tras la paralización total de los centrales azucareros de la entidad. Aseguran que la importación de azúcar desde Brasil y la falta de inversión gubernamental en los centrales del país, llevaron la industria local a la ruina.

El Carabobeño

«Somos de los pocos estados del país que cuenta con dos centrales azucareros en su territorio (el de Cumanacoa y Cariaco), pero de qué nos sirve eso, si ambos están paralizados?», así cuestionó Gevert Hernández presidente de la Federación Campesina del estado Sucre, que fue enfático al asegurar que las dos empresas están totalmente paralizadas.

«El Gobierno no entiende que al paralizar los centrales azucareros, también se paraliza la fuerza viva de la caña porque nadie va a sembrar sin saber a quién se le va a vender», refirió.

Hernández detalló que la paralización del sector no solo afecta al productor primario, que es el que siembra, sino también al sector artesanal de los trapiches (para la producción de papelón o panela), al sector pecuario por la «cachaza», utilizada para la alimentación del ganado, así como a la destilería, porque al no procesar la caña, tampoco se genera melaza para extraer el alcohol.

Hernández reiteró que la caña sucrense está en los mejores grados brix, es decir, en el top ten de las mejores del mundo y de allí se deriva que los licores producidos en la entidad sean de apetencia internacional.

La inoperatividad de los centrales está en «0», mientras la producción de caña de azúcar apenas alcanza 15% para satisfacer la demanda de los trapiches.

Cañicultores aseguran estar «arruinados… quebrados y estafados», y así se han presentado en distintas movilizaciones de calle, para exigir al Gobierno la cancelación de 285.000 mil dólares correspondientes al arrime de 21.600 toneladas de caña de azúcar correspondientes a la zafra 2021.

Aseguran que la alianza gubernamental, a través de Corposucre con la empresa Tecnoagro, ha debido producir 1.200.000 mil toneladas de azúcar, pero la vocería oficial asegura que solo se produjeron 600.000 mil kilos.

Acabaron con nuestra economía porque el Central Sucre es la única empresa que tenemos», declaró Ángel Rivas, presidente de la Asociación de Cañicultores del estado Sucre, en la más reciente manifestación protagonizada por el sector para exigir el pago de sus beneficios.

Se trata de 402 productores de los municipios Montes y Mejía que no cuentan con recursos para mantener a sus familias, ni siquiera para limpiar los conucos y en consecuencia, tampoco pueden cancelar la deuda pendiente a los transportistas que trasladaron la producción.

La situación empeora porque no tienen capacidad para arrimar la zafra 2022, debido a que la factoría sigue paralizada. Los afectados han llevado sus planteamientos a distintas instancias nacionales (como ministerios y Asamblea Nacional), además de las instituciones locales.

Su propuesta no solo está enfocada en el pago de la deuda sino que plantean que el Central Azucarero Sucre, pase a manos de productores y trabajadores, pues aseguran que cuentan con profesionales, técnicos azucareros, ingenieros en electrónica y agrónomos, para reactivar el campo y el central.

No a la economía de puerto

Otra inquietud manifestada por los cañicultores es que al contar con dos centrales azucareros en Sucre, podrían abastecer el oriente del país y no continuar la economía de puerto a través de la importación de azúcar desde Brasil.

Queremos acompañar al gobierno a producir azúcar, basta de la economía de puerto porque el problema es que se abandonó el campo y se acabó con el aparato productivo, pero hace falta voluntad política para lograrlo», indicó Rivas.

La problemática ha fortalecido la unidad entre cañicultores, transportistas e incluso, trabajadores, pues también padecen por falta del pago de sus beneficios desde hace seis meses.

Todos los sectores señalados abogan para que los centrales azucareros Sucre y Cariaco sean reactivados y la economía sea sustentada en los municipios para garantizar la calidad de vida no solo de trabajadores y productores, sino de toda la ciudadanía.

La representación de los cañicultores no pierde la esperanza de recuperar su inversión e incluso confían en que puedan alcanzar nuevos acuerdos con el Ejecutivo regional para la reactivación del sector y por consiguiente, mejorar las condiciones de vida de la población que habita en los municipios productores de la entidad sucrense.

Con información de El Carabobeño

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