Las fallas en el suministro del servicio, la falta de mantenimiento estructural, la ausencia de proyectos preventivos y de solución inmediata a la emergencia hídrica que padece Venezuela, son varias de las principales causas de la escasez generalizada de agua potable, que afecta a 82 % de la población.

El desmantelamiento al que ha sido sometida la estructura hídrica nacional ha sumergido al país “en una emergencia humanitaria compleja que impide, entre otros derechos, el acceso al agua potable y al saneamiento”, de acuerdo con el más reciente reporte sobre la Emergencia Humanitaria Compleja en el Derecho al Agua, en el que participaron Fundación Agua Clara, Coalición Clima 21, Aguas Sin Fronteras, Mesas Técnicas de Agua de la Red de Organizaciones de Baruta del estado Miranda y la asociación civil Fuerza Ecológica de Calabozo (FECOLCA), con el apoyo de Civilis Derechos Humanos.

Entre las fallas más comunes que someten a la población a un racionamiento severo de agua, destacan roturas de tuberías, empotramientos ilegales y deterioro de la infraestructura. La falta de mantenimiento de las redes de distribución de agua potable y de las conexiones domiciliarias provoca pérdidas de 5400 litros por segundo de agua ya tratada.

Un reporte periodístico que data de agosto de 2018, refiere que más de 10 municipios, de los 18 que conforman la geografía aragüeña, han padecido la escasez de agua por períodos de dos a tres meses.

De acuerdo con el censo nacional de 2011, Aragua cuenta con una población de 1.630.308 habitantes y solo existen 419.651 viviendas familiares ocupadas que se abastecen de agua, de las cuales 358.783 la reciben por tubería, 18.653 a través de camiones cisterna y 29.728 traída de pozos y bombas, entre otras. De allí que las quejas y reclamos de los ciudadanos que no reciben agua por tubería son cada vez más frecuentes y airadas.

Un informe de 2014 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dependiente de Naciones Unidas, indica que Venezuela es el único país de la región, junto con Haití, donde la cobertura de agua por habitante había disminuido en los tres primeros lustros del siglo XXI.

En 1998, 87 % de la población recibía agua potable de manera continua y regular. La situación de hoy obliga a los usuarios a almacenar agua en envases diversos y a buscar proveedores informales de agua (caso de camiones cisterna), cuya calidad no está en absoluto garantizada y cuyos costos son muy onerosos, sobre todo para los usuarios de menores recursos, refiere el Reporte sobre la Emergencia Humanitaria Compleja en el Derecho al Agua 2018.

Con información de Crónica Uno

 

Ir a la barra de herramientas