“En nuestro servicio tenemos múltiples problemas, el principal es el daño en la infraestructura física, tenemos filtraciones y nos vimos en la necesidad de cerrar cinco consultorios porque están inoperantes”, denunció este viernes Sonia Araujo, jefe del Servicio de Endocrinología del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula).
Agregó que el servicio de electricidad está deteriorado y han sufrido varios cortocircuitos poniendo en riesgo tanto al personal del centro de salud como a los pacientes, “hemos visto el déficit en los medicamentos y nuestros pacientes han presentado complicaciones, el déficit de insulina para los diabéticos y hormonas para los niños que tienen trastornos de crecimiento”, dijo.
Se conoció del caso de una doctora de reposo por una conjuntivitis producto de la humedad y los hongos que se producen en las instalaciones.
En cuanto a los pacientes crónicos, indico Araujo que, quienes padecen acromegalia y tumores hipofisarios no cuentan con el tratamiento ni los insumos médicos adecuados para su recuperación, “se ha visto el crecimiento de sus tumores y las complicaciones en ellos”, lamentó la galena.
Déficit en sueldos y salarios incide en atención óptima a pacientes
El residente del Servicio de Endocrinología del Iahula, Cristofher Montañés, indicó que los salarios que devengan son insuficientes para satisfacer sus necesidades, a su juicio, el entorno del hospital los aqueja, “muchos de los residentes tenemos problemas para movilizarnos y de alimentación, esto repercute en la atención que podemos brindar al paciente”, refirió.
Asimismo, indicó sentir tristeza al no ofrecer calidad medica por la falta de insumos, relató que durante las consultas llegan pacientes descompensados y críticos de salud, sin embargo, no tienen insumos para atenderlos, en ese sentido, iniciarán una campaña y solicitarán ayuda internacional para paliar la problemática en materia de salud que padecen los ciudadanos.
Se conoció que varios galenos han renunciado a estudios post grado por los gastos que ameritan, los médicos residentes no pueden trabajar en otros centros de salud y generar ingresos extra, porque su contrato es a dedicación exclusiva con el nosocomio.
Según Estrella Uzcategui, directora del Iahula, 74 médicos y 148 personal de enfermería renunciaron en los últimos cuatro meses, mientras que, antes de noviembre más de 400 empleados dejaron sus cargos, situación que agrava la salud en el estado Mérida por la falta de talento humano y dejando al principal centro de salud del occidente del país en “paro técnico”.
Publicado por Caraota Digital
23/03/2018