La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), manifestó a través de un comunicado su preocupación por el creciente fenómeno migratorio en Venezuela. En el texto manifiestan su pesar por la cantidad de familias que se ven obligadas a separarse debido a la crisis económica, política y social que atraviesa el país.
La Iglesia Católica aseguró que “tanto irse, como quedarse” es una decisión valiente. Argumentaron que quienes se van lo hacen para buscar mejores condiciones de vida, para formar familia o para ayudar a los parientes que quedan en Venezuela. Del mismo modo señalaron que quienes se quedan lo hacen porque se siente obligados a luchar por el país y comprometidos con el rescate de la democracia, pese a las situaciones difíciles que deben vivir estar dentro de Venezuela.
Escasez de medicinas, de alimento, hiperinflación, inseguridad, fallas en los servicios y desmejoras en la calidad de vida son algunos de los problemas que enumera la CEV y que viven quienes se mantienen en el país.
Pese a todas estas situaciones los representantes de la Iglesia Católica enviaron un mensaje de aliento y de esperanza. “Irse o quedarse muchas veces es una decisión valiente cargada de consecuencias buenas y edificantes, y a la vez, dolorosas e inciertas”.
La CEV también aclaró que aunque la decisión de migrar depende de cada persona, argumentaron que en Venezuela está condicionada por la crítica situación del país.
“Migrar a no migrar ciertamente se puede calificar como una decisión fruto de la libertad, pero en estos momentos, para la gran mayoría, se ve forzada por las circunstancias”.
La Iglesia Católica concluyó el comunicado enviando un mensaje de aliento, esperanza y oración tanto a los venezolanos que migraron como a los que todavía permanecen en Venezuela. En el texto les piden cuidar a la familia como centro de todo y cono base de toda sociedad. En medio de estos tiempos difíciles sugirieron unión familiar, amor, fe, lucha y solidaridad.
Con información de El Pitazo