La economía venezolana se encoge y lo hace a un ritmo acelerado. Las estadísticas publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) explican bien las escenas de largas filas en las agencias bancarias porque solo hay una caja operativa o porque los nacientes bodegones son comercios instalados solo en pequeñas tiendas.

“Hay gente que culpa a los comerciantes por la subida de los precios sin darse cuenta que cada vez hay menos locales. El cambio en la composición del comercio muestra todas las dificultades que tienen como la falta de medios de pago o que las tarjetas de crédito ya no compran nada. Se habla mucho de los bodegones, pero esos son lugares que le venden a una pequeña proporción de gente” explicó Ronald Balza, economista y decano de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).

Comercio fue un sector que tuvo una caída de 39,2% durante el primer trimestre de este año, de acuerdo a las cifras del BCV. Sin embargo, las tiendas minoristas y mayoristas tuvieron un retroceso menor que otros sectores económicos en donde el desplome fue más pronunciado.

La construcción se contrajo 74,1% en comparación con el primer trimestre del año pasado. Las obras paralizadas de nuevos edificios que se observan en varios estados son apenas la parte visible de la estadística. La consecuencia menos publicitada es que se trata del hundimiento de un sector que es uno de los grandes empleadores de la economía venezolana.

“La caída de la construcción arrastra a otros sectores del PIB (Producto Interno Bruto). Si no se construyen edificios, entonces se demandan menos productos a otros sectores económicos, pero lo que preocupa es que también caigan los sectores de Electricidad y Agua, porque eso es clave para recuperar la economía” advirtió Balza.

El tamaño que pierde la economía venezolana no es sencillo de ver. Para algunos funciona la imagen de los supermercados que ahora cuentan con pasillos más anchos, debido a que eliminaron anaqueles de sus estructuras como una forma de cubrir la poca variedad de productos. Para otros es mejor hablar del volumen de la cartera de créditos de la banca venezolana.

En septiembre,se marcó una inflación de 52,2% que fue impulsada por un ajuste en las tarifas de los servicios de la vivienda como electricidad y agua (146,8%), junto a la educación (67,6%), vestido y calzado (56,7%) y esparcimiento y cultura (56,2%).

Lo llamativo, no obstante, es que la inflación oficial del BCV dobló a la estimación hecha por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, que solo reportó un avance de 23,5% para el mismo mes y que apareció marcada como una de las más bajas durante la medición de este año.

El diferencial entre ambos indicadores responde a varios factores que involucran el tamaño de la muestra de productos y servicios monitoreados, el tipo de comercios que visitan para la medición y la metodología que siguen cuando no encuentran algunos productos de la lista.

Aunque el factor clave es que este retraso en la publicación de cifras oficiales limita la capacidad de las empresas para proyectar sus acciones y por supuesto, de los empleados para pedir mejores salarios en función del avance de los precios.

Con información de Efecto Cocuyo

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