El incremento en la emisión de los billetes —en especial los de más alta denominación: Bs. 50 y 100— continúa en constante ascenso en el país. Solo entre el período febrero y julio se pasó de un total de 8.930,3 millones de piezas en circulación a un nuevo tope máximo de 10.075,5 millones de unidades, lo que representa un incremento del 12,8%.

Los datos del Banco Central de Venezuela (BCV), y dados a conocer en un informe denominado “Billetes en circulación al cierre de cada mes, revelaron el incremento de la fabricación de una mayor cantidad de unidades que representan el actual cono monetario nacional: Bs. 2, 5, 10, 20, 50 y 100 bolívares (la más alta). La colocación de piezas entre junio-julio de este año subió un 1,97% y los analistas estiman que lo más probable es que para el mes de agosto y septiembre se mantenga topes superiores a los 10.200 millones de unidades.

Se conoció que en el primer semestre de 2016 la cifra de piezas monetarias usadas se incrementó hasta los 55.491 millones, cifra muy por encima de los 28.910,02 millones de piezas para el mismo período del año pasado. Igualmente, la emisión de los billetes de Bs. 100 se incrementó en 130% (459,3 millones de unidades).

La presentación de 50 bolívares también mostró un comportamiento de aumento. En julio de 2015 se contabilizaron 65,2 millones de billetes, mientras que en el mismo mes de 2016 se contabilizaron 117,1 millones.

Para el economista Ramón Castillo el alza en la elaboración y el “tráfico” de dinero en el año “puede traer serios problemas” pues, según él, “estamos hablando de la impresión de dinero sin respaldo en la economía, producto del financiamiento a empresas claves como Pdvsa. Todo esto también genera una espiral inflacionaria difícil de detener, además de incentivar la perdida del poder adquisitivo de los trabajadores”.

“Que se esté volcando más dinero a la calle (…) demuestra la falta de acciones del Gobierno para solucionar los desequilibrios que existen. Lamentablemente, en este país los precios de los productos, bienes y servicios suben todos los días, aumentan y aumentan y por eso la enorme necesidad de hacer más y más dinero. Este fenómeno se disparó desde 2008 (…) en ese año apenas en el país circulaban 800 millones de unidades (promedio mes) y, hoy, estamos hablando de 10.075 millones. Los números reflejan que la demanda de efectivo para las transacciones se ha desbordado”, opinó Castillo.

El diputado de la Asamblea Nacional (AN) y economista, José Guerra, ha alertado en reiteradas oportunidades los peligros que representan para la economía venezolana la emisión de billetes “sin ningún tipo de control”. Insiste en que es urgente que se emitan en el país monedas de mayor valor, debido a que esto le ahorraría divisas al Estado y frenaría la alta liquidez monetaria.

Señaló, en un artículo personal, que un billete de 100 bolívares emitido en 1998 actualmente tiene un valor de 2,0 bolívares. “Es totalmente incomprensible que el directorio del Banco Central de Venezuela no haya adoptado la medida que le ha sugerido la Comisión de Finanzas de Asamblea Nacional de poner a circular de manera inmediata billetes de 5000, 2000, 1000 y 500 bolívares”, explicó.

Guerra detalló que el Gobierno invierte 0,15 de dólar (quince céntimos) para elaborar un billete de Bs. 100 . Por tanto, imprimir diez billetes de esta denominación (1.000 bolívares) costaría 1,5 dólares. Su conclusión es que al emitir un solo billete de 1.000 bolívares, solo tendrían que gastarse 0,15 dólares.

“Suponiendo que el BCV tenga que emitir Bs 100.000.000 en billetes de bolívares 100, hoy esa operación tendría un costo de $ 150.000, mientras que si emitiera billetes de 5.000 bolívares, el costo bajaría sensiblemente hasta $ 3.000”, explicó.

Igualmente, el economista caraqueño y egresado de la UCV, Rafael Sánchez, indicó a este rotativo que “estos billetes nuevos no tienen respaldo en oro, en las reservas internacionales o en otros activos, es solo dinero inorgánico. Este es un ciclo nefasto que está causando un serio deterioro en el poder adquisitivo de los ciudadanos. Se está produciendo una alta expansión de la liquidez (…) y por eso el BCV ya ha realizado varias operaciones de absorción extraordinaria colocando instrumentos (bonos) al público (…) todo esto con el objetivo de recoger tanto dinero circulante. Venezuela no necesita que le ingresen más billetes sino que se estabilicen los precios”.

Sánchez remarcó, en su análisis, que el BCV no da “signos concretos de querer hacer cambios”. “Estamos a las puertas de una mega hiperinflación que está destruyendo nuestra moneda. Nuestro actual cono monetario está vigente desde 2008 y su tiempo de vida expiró. Hace siete años, los billetes de Bs. 100 eran los menos comunes en poder de las personas, ahora son los de mayor circulación. Es necesaria la creación de nuevas denominaciones (…) el acelerado avance de los precios ha llevado a los venezolanos a tener que acostumbrarse a andar en la calle con grandes paquetes de billetes”.

A su vez, el economista y premio nacional de Ciencias, Víctor Álvarez, agrega que “la desaceleración de los precios solo se logrará al reactivar la producción y mantener bajo control el déficit fiscal”. Recomienda al Ejecutivo “cerrar el déficit fiscal y erradicar su financiamiento con emisiones de dinero sin respaldo” que pulverizan el bolívar. “Esto pasa por restablecer la autonomía del BCV en la emisión de dinero y en el manejo de las reservas internacionales”, asomó.

FUENTE: CON INFORMACIÓN PANORAMA

05 de septiembre de 2016

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