Las clínicas de Venezuela no están preparadas para solventar la problemática de la COVID-19 porque no tienen la misma capacidad operativa que el sector público, afirmó Jimmy Levy, presidente de la Policlínica Metropolitana.
En una entrevista con Shirley Varnagy en el Circuito Onda de Unión Radio, Levy indicó que, pese a esto, las instituciones privadas seguirán apoyando, junto con las acciones del Estado, para atender los casos de coronavirus.
«En Venezuela no llegamos ni a los 300 ventiladores, entonces las instituciones privadas son parte de la solución, pero no la solución completa», añadió.
Centralización de las pruebas PCR
Uno de los inconvenientes más graves que enfrentan las clínicas es que los pacientes sospechosos de COVID-19 que atienden deben esperar varios días por el resultado de la prueba PCR, que está a cargo del Estado.
Héctor Marcano, vicepresidente de la junta directiva de la clínica El Ávila, explicó que para dar de alta a un paciente sospechoso se requiere un resultado negativo de la PCR, por lo que estas personas suelen ocupar una cama más tiempo del necesario.
«Hemos tenido que referir pacientes a otros centros de salud porque a veces nos encontramos a máxima capacidad. En este momento estamos a máxima capacidad y con muchos pacientes que probablemente no tienen COVID-19», indicó.
Marcano solicitó a las autoridades que les permitan realizar las pruebas de coronavirus para agilizar los trámites que conlleva la atención de cada caso.
Propone que las clínicas entreguen al Ejecutivo un reporte diario.
«Que nos permitan hacer las pruebas a quienes podamos», solicitó.
Capacidad hospitalaria
Tras el aumento del número de casos en Caracas, las clínicas se han visto en la obligación de incrementar su capacidad para atender a los pacientes con coronavirus.
Levy señaló que en la Policlínica Metropolitana duplicaron el número de camas disponibles para atender a las personas infectadas.
Al principio iniciaron con 13 camas. Ahora cuentan con 25 para los casos sospechosos y los confirmados.
«Los pacientes que llegan sospechosos se pasan a un área donde se les hacen los exámenes, y luego son trasladados al área covid, un piso de la clínica destinado a estas personas», precisó.
Para la terapia intensiva, este centro de salud dispone de cuatro camas en un área acondicionada solo para pacientes con el virus.
«Todavía tenemos algo de capacidad pero estamos llegando al límite. Suele ser un proceso dinámico, pero muchos deben esperar varios días antes de confirmar si pueden o no irse a casa», agregó.
Explicó que tienen una estrategia para aumentar el número de camas en otra ala de la clínica, la habilitarán de ser necesario. Aunque destacó que el principal problema es encontrar personal capacitado y contar con los equipos necesarios.
Marcano dijo que en la clínica El Ávila se habilitaron dos pisos con 26 camas para atender a las personas con COVID-19.
La terapia intensiva de la clínica también tiene pacientes contagiados. En principio destinaron cuatro camas de esta área, ahora tienen cinco, pero Marcano prevé que, tomando en cuenta el aumento de casos, estas podrían ser insuficientes.
«Es complicados aumentar la capacidad porque se requiere de personal capacitado y equipos de ventilación mecánica que, aunque estamos en proceso de adquisición, no es algo que podamos resolver de inmediato», añadió.
Con información de La Prensa de Lara