Cocinar con leña se ha convertido en el día a día de muchos venezolanos, desde oriente hasta occidente, ante la escasez de gas en el país. Pero al resolver de este modo la preparación de las comidas, las personas pueden afectar su salud a corto y largo plazo, ya que están en riesgo de padecer desde irritación hasta asfixia y, con el paso del tiempo, desarrollar enfermedades crónicas.

“Cuando se habla de cocinar con leña se habla de exposición a biomasa porque es masa biológica la cual se somete a combustión: se le aplica fuego y eso emite un humo. Los neumonólogos y los pulmones no queremos nada con humos, sean de donde vengan, porque estos humos son productos de la combustión, y al ser productos de la combustión van a producir daños en el aparato respiratorio”, indica Betulio Chacín, presidente de la Sociedad Venezolana de Neumonología y Cirugía Torácica (Sovetorax).

Según la Agencia de Protección ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas inglés), el humo que se forma a partir de la quema de leña está hecho de una mezcla compleja de gases y partículas finas (también llamada contaminación por partículas, material particulado o PM). Son partículas microscópicas que pueden entrar en las mucosas y provocar ardor en los ojos, goteo nasal y algunas enfermedades.

“La combustión de la biomasa también emite un polvillo, llamado hollín, que se acumula en las vías respiratorias y muchos pacientes luego al soplarse la nariz o al toser y expulsar flema tienen una coloración oscura por el hollín que se ha acumulado al inhalar esa combustión”, añade el neumonólogo.

Chacín, también profesor de la Universidad del Zulia (LUZ), explica que la primera consecuencia que puede producir el humo al cocinar con leña como sustituto del gas doméstico es la irritación de las vías aéreas: irrita los bronquios, la mucosa nasal, la garganta y hasta los alvéolos.

En segundo lugar, puede causar asfixia, pues los humos desplazan al oxígeno. Por último puede producir daño estructural del bronquio y condicionar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), que abarca desde enfisema pulmonar hasta bronquitis crónica.

“La biomasa o exposición a humo de leña produce el mismo efecto que el cigarrillo, pero sin los efectos cancerígenos. Va a condicionar bronquitis crónica, pacientes tosiendo todo el tiempo con expulsión de flema, por la irritación y la lesión que produce el humo de la biomasa. Ese humo va rompiendo alvéolos por dentro, condicionando enfisema pulmonar, que es destrucción del parénquima (tejido) pulmonar o de los alvéolos, y eso se produce por la exposición por meses y años, y depende de la intensidad”, agrega.

Los más afectados

Personas alérgicas, asmáticos, niños (especialmente los recién nacidos) y adultos mayores son los principales afectados por el humo generado al cocinar con leña. Aquellos con rinitis alérgica, explica el presidente de Sovetorax, comienzan a moquear, estornudar y a tener dificultad para respirar, mientras que los asmáticos inmediatamente pueden desarrollar un ataque de asma o una crisis asmática.

“Aquellos que tengan alguna enfermedad o predisposición como asma, alergia, rinitis alérgica, pacientes con enfermedad pulmonar de base como fibrosis pulmonar, como bronquiectasia o los hiperreactores bronquiales son pacientes que tienen una predisposición altísima a desarrollar complicaciones y a tener que asistir con más frecuencia a las emergencias, o a consulta con el médico respiratorio”, expresa Chacín.

Los niños son vulnerables por estar aún en desarrollo, mientras que los adultos mayores están más en riesgo porque tienen más posibilidades de tener enfermedades preexistentes. Las personas con condiciones cardíacas también son más vulnerables, pues las partículas microscópicas pueden desencadenar un ritmo cardíaco irregular, según la EPA.

Al momento de la exposición, las personas sanas pueden tolerar más el humo, que igual genera irritación y dificultad para respirar por la falta de aire y el desplazamiento del oxígeno. Sin embargo, los expertos llaman a no confiarse, pues con los años se puede generar algún mecanismo de lesión pulmonar.

“La destrucción del parénquima pulmonar con la aparición de bronquitis crónica es tardía. Es en años que se presenta, como la del fumador”, indica el neumonólogo.

Daño ambiental y afectación global

Mientras las protestas por falta de gas se extienden en el país, el uso de la leña como sustituto para cocinar continúa avanzando en medio de las fallas del servicio eléctrico. Organizaciones como la Fundación Tierra Viva destacan que las principales fuentes de obtención de leña son las áreas naturales urbanas y algunas áreas protegidas, lo cual representa una amenaza para la calidad de vida, la conservación y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable.

Si se mantiene el uso de leña para cocinar, no solo afectaría a la salud de las personas, sino que puede convertirse en otro de los factores que contribuyen a la deforestación en Venezuela.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo unas 3.000 millones de personas siguen cocinando y calentando sus hogares con combustibles sólidos (madera, residuos agrícolas, carbón vegetal y mineral y excrementos de animales), en su mayoría personas que viven en países de ingresos bajos y medianos.

Se calcula que anualmente, 3,8 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire interior causada por el uso de combustibles sólidos ineficientes para cocinar.

Con información de Efecto Cocuyo

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