Al menos 300.000 pacientes crónicos corren peligro de morir en Venezuela debido a que tienen más de un año sin conseguir sus medicinas y tratamientos, alerta el más reciente informe de la Coalición de la Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida).

En su “informe sobre la situación del derecho a la salud de la población venezolana en el marco de una emergencia humanitaria compleja”, Codevida presenta cifras y pronunciamientos sobre el descalabro de la red sanitaria que, según el estudio, se aceleró con la suspensión de las compras de medicinas para males crónicos.

“La emergencia humanitaria se ha manifestado durante los dos últimos años en la paralización de la mayor parte de los servicios de atención médica en los centros de salud públicos disponibles, la reaparición y rápida propagación de epidemias que habían sido erradicadas décadas atrás y el agotamiento extremo de los inventarios de medicinas, vacunas e insumos básicos para la prevención y tratamiento adecuado de enfermedades y lesiones”.

“Así como para la atención de personas con condiciones crónicas, problemas de desnutrición, embarazadas y recién nacidos”, dice el informe.

Codevida precisó el número de pacientes amenazados de muerte por la falta de medicamentos.

Personas en diálisis: 16.000 de personas que reciben diálisis, la mayoría con problemas renales, han visto amenazadas sus vidas al cerrarse unidades de tratamiento por la falla de máquinas y plantas de tratamiento, el agotamiento de insumos y medicinas y la falta de intervenciones vasculares. 2.500 personas han fallecido entre 2017 y 2018.

Personas trasplantadas: 3.000 personas trasplantadas no reciben medicamentos inmunosupresores y no tienen acceso a reactivos para el apropiado control de su salud. Entre 2016 y 2018, 96 personas sufrieron rechazo de sus órganos y 12 fallecieron.

Personas con hemofilia: 5.000 personas con hemofilia no reciben factores de coagulación para prevenir el sangrado y la artropatía hemofílica (Factor IX y Factores VII, VIII, IX, Protombinico, VIII+vW). Entre 2016 y 2018, fallecieron 43 personas y 270 corren peligro de perder la vida.

Personas con Parkinson: 33.000 personas con Parkinson no consiguen ningún medicamento en las farmacias, causándoles terribles sufrimientos que van desde la pérdida de equilibrio hasta una rigidez total que puede provocar la muerte por paro intestinal, cardiaco, parálisis corporal o un accidente cerebro vascular (ACV).

Personas con VIH: 80.000 personas con VIH dejaron de recibir tratamientos antirretrovirales prescritos desde el año 2017 y hace varios años no se consiguen reactivos para pruebas. Entre los años 2016 y 2018, las muertes de personas por causa del Sida o afecciones oportunistas aumentaron de 1.600 a 5.000 por año.

Personas con cáncer: 55.000 personas con cáncer ya no consiguen tratamiento de quimioterapia, medicamentos biológicos y terapias. La mayoría de los centros oncológicos públicos han cerrado y los médicos ya no pueden ofrecer esperanza de sobrevivencia.

Mujeres con cáncer de mama: 8.000 mujeres con cáncer de mama no tienen acceso al 90% de los medicamentos de quimioterapia que necesitan para sobrevivir. Tampoco están disponibles los reactivos para realizar estudios de ganmagrama óseo ni equipos de radioterapia.

Personas con esclerosis múltiple: 2.700 personas con esclerosis múltiple, entre ellas 15% de niños y adolescentes ya no tienen acceso a sus medicinas.

El informe también destaca que unas 4 millones de personas con diabetes e hipertensión no tienen acceso a medicamentos cardiovasculares y a la insulina. En marzo de 2017 existían 3 millones de personas dependientes de insulina. Unos 167 niños y adolescentes con diabetes Tipo I no encontraban ninguna forma de tratamiento en las farmacias.

Las personas que pueden sufrir males como diarreas e infecciones respiratorias agudas tampoco tienen acceso a medicinas en farmacias privadas. Un monitoreo de la ONG Convite AC en septiembre y noviembre de 2017, arrojó que la escasez  de medicamentos para estas afecciones era superior a 90% en las principales ciudades de 6 estados del país.

Continúan las muertes materno infantiles

Codevida, además, advirtió que sigue aumento el porcentaje de muertes materno e infantiles, que ascendieron en 66% y 33% respectivamente entre los años 2015 y 2016 según cifras reveladas por el Ministerio de Salud.

La ONG recordó que 117 embarazadas fallecieron el año pasado en el Complejo Hospitalario Ruiz y Páez del estado Bolívar por complicaciones de la malaria. En el Hospital Central de San Cristóbal del estado Táchira, los médicos denunciaron que habían fallecido entre 350 y 500 recién nacidos durante el año 2017.

Falta de cobertura de vacunación

Debido a las bajas coberturas de vacunación y cooperación internacional, reconocida por diversos organismos internacionales y países de varios continentes, el gobierno de Nicolás Maduro se niega a reconocerla,” condenando a millones de personas a que sufran daños irreparables a su integridad física y mental y a que muchas pierdan la vida”, apunta Codevida.

La ONG recordó el aumento en los casos de difteria, que pasó de 324 casos en 2016 a 1.040 en 2017. “Hasta agosto de 2018 se habían detectado 628 nuevos casos. Han fallecido 168 personas, en su mayoría niños y niñas”.

Codevida también reportó  4.272 casos de sarampión en los 24 estados del país. “El sarampión pasó de 727 casos en 2017 a 3.545 en agosto de 2018, con 62 defunciones. De 60 casos notificados en Colombia, 38 fueron importados de Venezuela”.

La enfermedad que más avanzó fue la malaria, cuya epidemia se disparó de 240.000 a 400.000 casos en 10 de los 24 estados del país, siendo el mayor número registrado de América Latina. “Hasta junio de 2018 habían fallecido 820 personas por falta de medicamentos antimaláricos, entre ellas 100 embarazadas en el estado Bolívar durante 2017″.

Éxodo de médicos

Al descalabro de la red de salud  y la falta de medicinas, Codevida reporta el alarmante número de doctores que se han ido del país producto de la crisis.   “De acuerdo con cifras de la Federación Médica Venezolana (FMV) entre los años 2002 y 2017 salieron del país 21.980 médicos venezolanos, tanto especialistas como residentes, en su mayoría de las áreas de pediatría, medicina general y cirugía que trabajaban en el sistema sanitario público”.

“Esta cifra representa una pérdida mayor al 50% del personal médico capacitado si se toma como universo la cifra de 39.000 profesionales de la medicina notificados a la OPS por Venezuela13. En relación con los profesionales de enfermería, aunque el déficit histórico ha sido de 60%, la pérdida de personal entre los años 2017 y 2018 podría estar en el orden de 90%. En 2017, los gremios señalaron que 3.000 enfermeras/os habían renunciado o abandonado sus cargos por las extremas deficiencias del sistema sanitario y altos riesgos para su propia salud”.

“En un hospital público una sola enfermera/o puede atender a diario un promedio de 80 personas”.

Silencio oficial

El silencio oficial sobre enfermedades y muertes han sido silenciadas por el gobierno. Codevida recordó que a partir de 2016, el país desconoce sus estadísticas epidemiológicas y de fallecimientos de notificación obligatoria.

“Hace cinco años dejaron de publicarse los anuarios de mortalidad, que representan información pública esencial para el sistema sanitario, habiéndose publicado el último en el año 2013. Existen numerosas denuncias por parte del personal de salud, en las que se informa sobre la orden de no dejar registro de enfermedades en los centros de salud que perjudiquen la imagen del gobierno. En junio de 2018, el Ministerio de Salud eliminó el Centro Venezolano de Clasificación de Enfermedades (CEVECE), instancia encargada de velar por la integridad y calidad técnica de los registros y estadísticas epidemiológicas y de salud, y centro de referencia de Venezuela ante la OMS/OPS en esta materia”.

Con información de El Estimulo

 

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