Cuando un extranjero que no tiene seguro médico sufre un accidente debe ser atendido por hospitales, públicos o privados. Eso ocurre en Colombia y en la mayoría de países del mundo bajo el principio de protección al migrante. Los gastos son generalmente cubiertos por fondos específicos destinados a ese fin o por las compañías de seguros en las que los afectados estén cubiertos. ¿Pero qué pasa cuando se trata de una migración masiva y, por ejemplo, no es uno sino decenas de miles los foráneos que requieren de atención de urgencias? ¿Qué pasa con los pacientes crónicos no colombianos que llegan con sus enfermedades de alto costo?
Esa problemática ya se presenta en Colombia y el sistema de salud ha tenido que enfrentarla a pesar de las menguadas finanzas con las que cuenta. De hecho, estadísticas parciales demuestran que los ciudadanos extranjeros que más se han amparado son los venezolanos, según reconoce el propio Ministerio de Salud.
Información conocida en primicia por EL TIEMPO da cuenta de que entre enero del 2014 y marzo del 2017 se han atendido por urgencias a 14.362 venezolanos en nueve departamentos del país. Y si bien este fenómeno es más evidente en La Guajira, Norte de Santander y Arauca, a ciencia cierta, se ha venido expandiendo a otras entidades territoriales.
Con respecto al año anterior se registra un crecimiento del 30 por ciento en el número de atenciones, según apunta una fuente del Ministerio.
“Si abrimos las puertas de par en par y atraemos pacientes de alto costo no será sostenible para las condiciones actuales de nuestro sistema de salud”, aseguró el pasado 2 de mayo el propio ministro Alejandro Gaviria, al atender una citación de control político en el Congreso para hablar de la situación de salud asociada al fenómeno migratorio desde Venezuela.
En esa cita, Gaviria reveló otros datos que dan magnitud a una problemática con tintes de crisis.
En primer lugar, dijo que uno de los sitios más impactados por esta situación es el hospital público Erasmo Meoz, de Cúcuta, de tercer nivel. Allí, en los registros del 2016 aparecieron 2.600 atenciones en salud a venezolanos, lo que sobrepasó los 2.500 millones de pesos, y agregó que este año, en el primer trimestre, fueron mil atenciones, por lo que se prevé que a final del periodo en curso la cifra de extranjeros atendidos aumente.
Aunque oficialmente no se ha reconocido un monto exacto, se calcula que cada paciente crónico extranjero atendido le cuesta a Colombia entre 200 y 220 millones de pesos al año.
El Ministro recalcó que estas cifras son parciales y no dimensionan el gasto total para el país. Por eso pidió a todas las entidades territoriales y a las EPS, a través de una circular de febrero pasado, detallar los costos que ha generado este año la atención a extranjeros.
Además, como medida de contingencia por el “aumento preocupante”, según palabras de Gaviria, el Gobierno anunció un decreto que estableció la ruta de atención para los extranjeros en el país (solo serán atendidos en hospitales de la red pública) y asignó 10.000 millones de pesos de la subcuenta de Eventos Catastróficos y Accidentes de Tránsito (Ecat) del Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga) para la atención exclusiva de foráneos en zonas fronterizas.
Martha Herrera, vocera de pacientes de enfermedades huérfanas, quien asesora a la cuenta de alto costo en estos, especialmente en fibrosis quística, afirma que solo por este mal el sistema ha asumido los costos de tratamiento de seis niños venezolanos en los últimos meses. Y puntualiza que la atención de cada uno está por encima de los 60 millones de pesos mensuales, representados en medicamentos innovadores, intervención médica y tratamientos interdisciplinarios.
“El sistema ha tenido que asumir los costos dada la necesidad de estos pacientes, sin embargo, se han requerido trámites que están en curso a través de la Cancillería para legalizar su situación y al menos atenderlos sin tropiezos”, señaló.
Fuente: El Nacional
Fecha: 17 de julio de 2017