La llegada de los carnavales implica un aumento de turistas a los municipios del sur del estado Bolívar, como Roscio, Sifontes y, especialmente, el municipio El Callao, cuyas celebraciones fueron reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), publica Correo del Caroní
Este año los comercios continuarán trabajando en tiempo corrido para servirle a los temporadistas, a pesar de los embates sufridos en el 2016 por la violencia y los saqueos.
“En El Callao estaremos haciendo los mismos eventos de todos los años, siguiendo con la programación (…) Los comercios no han dejado de trabajar en su horario normal. Actualmente se abrieron varios mini abastos en la ciudad, además de un abasto más grande que abrieron unos turcos. Es el que tiene más mercancía a precios solidarios”, enunció Gerardo Farías, uno de los organizadores de las festividades carnavalescas más representativas del país.
Farías afirmó, igualmente, que el despliegue de fuerzas de seguridad en el municipio inició esta semana, conformado por funcionarios de la Guardia Nacional y la Policía regional, que han juntado esfuerzos para controlar cualquier situación que pueda suscitarse en la multitud. No obstante, han representado un obstáculo en otros sectores de Bolívar.
Excesos innecesarios
“Se han dado casos de varios abusos de autoridad por parte de miembros del Ejército, que ya se han acostumbrado a tratar a la gente de forma grotesca. En nombre de los operativos de seguridad, paran los vehículos de los visitantes para quitarles dinero o cualquier cosa que puedan”, describió Erick Leiva, de la Cámara de Comercio del municipio Sifontes.
Explica que, en Tumeremo, no existe una coordinación entre la planificación oficial y los comerciantes del área, convirtiendo los cinco días de asueto en una complicación para los trabajadores, que aun así hacen lo mejor posible para brindar un servicio de calidad a los turistas con la poca materia prima que pueden conseguir para sacar provecho de las fechas. Esto aplica especialmente a establecimientos como restaurantes, alojamiento, entre otros tipos de servicios.
“Existen diferencias de opiniones por la falta de planificación y la recesión económica (…) A los comerciantes no se les toma en cuenta en las decisiones de los operativos, a pesar de que la mayoría de ellos patrocinan las actividades del Carnaval”, lamentó Leiva, quien reconoce que la actividad comercial ha disminuido además porque “el poder adquisitivo se vuelca a las necesidades básicas” en vez del disfrute.
Fuente: La Patilla
Fecha: 26 de febrero de 2017