Tres días después del nuevo año, la rutina de la ciudad aún no ha tomado cuerpo. Las calles despobladas, con negocios de puertas trancadas y la poca oferta de transporte superficial retratan el inicio de 2018.
En el casco de Libertador el bullicio de los manteleros y comerciantes itinerantes todavía no retorna a los bulevares y la ciudad permanece ceñida prácticamente a la dinámica de quienes se forman en filas a las afueras de los automercados en busca de alimentos.
En las avenidas Urdaneta, Nueva Granada y Fuerzas Armadas ayer la gente caminaba para llegar a sus destinos. El transporte flaqueó durante todo el día y solo algunas farmacias permanecieron abiertas.
En torno a la movilidad en el Área Metropolitana, Rodemir Mezzone, portavoz de los transportistas en la capital, desliza una cifra gruesa y advierte que 75% de la unidades están accidentadas. Y desgrana con cálculos del sector la coyuntura que estrecha la oferta de unidades. Del 25% de los vehículos operativos, aduce Mezzone, solo 12% están en servicio, el resto de los conductores permanece en receso por la fecha.
“El problema que nosotros enfrentamos son los altos costos de las autopartes que han aumentado en 1.000%. Un litro de aceite cuesta hasta 700 mil bolívares, si lo conseguimos”. Mezzone prevé un colapso definitivo del transporte para los meses de febrero y marzo, cuando, a su juicio, no podrán responder a la demanda.
Señala que incluso con una tarifa urbana, que en diciembre se fijó arbitrariamente en mil bolívares, subsidian el 70% del servicio, cuyo costo real es de 4 mil bolívares, según el gremio. No obstante, el último instrumento legal vigente, la Gaceta 6.329 de fecha 25 de agosto, exhorta a los choferes a mantener las tarifas por debajo de los Bs 280 y deja sin efecto los últimos cuatro aumentos de pasaje.
Ayer los pocos cajeros automáticos operativos estuvieron repletos de usuarios ávidos de efectivo. El letargo prevaleció también en los municipios Chacao y Baruta, donde más de 90% de los locales se mantuvo fuera de servicio, según comerciantes, y las santamarías grafiteadas endosaban ciertos aires de galería urbana a la avenida Francisco de Miranda.
“Lo que estamos viviendo es un primero de enero prolongado.Pocos comercios están abiertos y otros no tienen nada para ofrecer. La gente aguarda en su casa esperando que todo se active, pero tardará mucho para que las ventas despeguen con vitalidad”, dice Alexis Vegas, un encargado de una tienda de víveres en el centro que despachó todo su inventario en diciembre y que no tiene más que algunos frascos de mermelada y pasta importada para ofrecer.
A propósito de ello, la Asociación de Comerciantes de Sabana Grande sostiene que dos de cada diez negocios de ese corredor no podrán recuperarse de los operativos realizados por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos. 20% de los establecimientos, lo que equivale a 500 recintos, cerrarán para 2018, según indicaron.
Otro aspecto que algunos suman al letargo de la ciudad es el desmayo con el que funciona la terminal de La Bandera, cuyas unidades tienen dificultades para retornar a Caracas por los problemas de distribución de combustible en el interior.
Publicado por El Universal
04/01/2018