Una floristería tiene un aviso que dice “se vende queso”, un restaurante de pollo en brasa muestra cambures en la entrada, una tienda de ropa ya no lo es. La crisis económica de Venezuela desdibuja la cara de los comercios. La venta de frutas y verduras predomina, mientras que en los depósitos se quedan los manteles, las sillas, congeladores y fogones que antes servían a la clientela. La música también.

En la avenida Louis Braille de El Cementerio queda el negocio de Alejandro, durante 14 años se dedicó a la venta de ropa, hoy en las vitrinas exhibe un racimo de cilantro, a los lados yuca, papas y otros víveres. Detrás del mostrador: cremas de diente, pañales, champú y salsas de tomate. “Tengo un año vendiendo verduras, el local lo mantuve cerrado por casi un año. Fue un poco difícil volver a abrir, estando cerrado gasté todo el dinero que tenía”.

Sobre las ganancias Alejandro dice sin vacilar “No hay, solamente llevas comida para la mesa”. Con dificultad explica cómo la hiperinflación es una de las razones de esa situación. “Vendes una cosa por 1000 bolívares y lo compras por 1500, 2000, no se puede ahorrar nada, solo es para comer”, reitera. Al día pueden entrar unas 200 personas al local a pedir que les regalen algún tubérculo, el comerciante relata que algo les dan.
Cerca del establecimiento de Alejandro está la licorería de Arturo De Abreu, que antes fue un restaurante por casi 60 años. Arturo nació en Portugal y llegó a Venezuela a los 14 años, lleva siete décadas en el país y es un anciano de 86. Desde una silla observa hacia su local y permite que el equipo de Crónica.Uno tome fotos, la nieta no accede a que le hagamos una a él, sin embargo, conversa y relata que tienen apenas semanas vendiendo licores, debido a que la comida dejó de ser rentable. Por una rendija se ven las mesas y las sillas arrumadas.

La economía de la nación lleva cinco años en recesión y casi dos en hiperinflación. Las medidas adoptadas por Nicolás Maduro no han aliviado la crisis que se volvió el detonante para que más de tres millones de venezolanos abandonaran el país, de acuerdo con las últimas cifras reveladas en 2018 por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La ola de refugiados hacia los países vecinos, las denuncias de violación a los Derechos Humanos por parte del Gobierno y la emergencia humanitaria, llevó a la comunidad internacional a alejarse del mandatario desde mediados de 2017.

La realidad del comercio no es distinta a la del sector agrícola. Gerson Pabón, director general de Hortalizas de Fedeagro, asegura que en los últimos años quienes sembraban papas y zanahorias, ahora se dedican a otros rubros para subsistir, una de las causas es la falta de semillas. Los campesinos ampliaron la actividad, pero bajaron en rendimiento. En la actualidad, el gremio solo atiende 25 % del consumo nacional. En Chabasquén, al centroccidente de Venezuela, los caficultores han comenzado a sembrar cambures y leguminosas, también para consumo propio.
Con información de Crónica Uno.

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