Representantes de las comunidades indígenas Yekwana y Sanema, que habitan en los tres sectores del río Caura en el municipio Sucre del estado Bolívar, reportan falta de dotación, desde hace seis meses, a los módulos asistenciales cercanos a estas poblaciones.
Manifiestan sentirse desprotegidos durante la segunda ola de contagios por COVID-19, porque ni siquiera tienen a disposición tratamientos para diarrea, fiebre, vómitos, malaria y enfermedades crónicas.
“Hay mucho desespero porque los ambulatorios están decaídos, hemos hecho solicitudes al ISP (Instituto de Salud Pública) para que nos doten, pero no hemos obtenido respuestas”, denunció el vocero de las comunidades del sector a Correo del Caroní.
El interlocutor indígena señaló que, aunque aún no tienen casos detectados de COVID-19 o casos sospechosos, la comunidad no cuenta con las herramientas para encararlo, ni a otras enfermedades endémicas.
Resaltó que otra situación que restringe el acceso a la salud de estas comunidades durante la pandemia es la escasez de combustible. A canalete, los indígenas pueden tardar hasta dos semanas en llegar a la región capital del municipio Sucre, que es uno de los más grandes del estado Bolívar.
Además no cuentan con personal médico para el diagnóstico de las enfermedades. A principios de febrero, el cacique sanema Enrrique Asatali reportó a la oenegé Kapé Kapé que los enfermeros comunitarios de estas comunidades han tenido que utilizar plantas medicinales para poder dar atención médica en medio de la escasez de fármacos en el territorio.
Asatali informó a Kapé Kapé en esa ocasión que un aproximado de 150 niños, mujeres y ancianos sanema presentan síntomas de paludismo y de otras enfermedades que no han sido diagnosticadas.
Es obligación del Estado garantizar el acceso pleno a la salud de calidad para toda la población, incluyendo a los grupos vulnerables como las poblaciones indígenas urbanas y rurales tal como versa la Constitución. Sin embargo, los pueblos indígenas se sienten cada vez más desoídos.
La organización Kapé Kapé denunció esta semana las reiteradas violaciones a los derechos de los niños, niñas y adolescentes de los pueblos indígenas que, en medio de la pandemia, no cuentan con atención médica, acceso a la alimentación ni servicios básicos.
Con información de Correo del Caroní