En vez de aliviar, con el nuevo esquema de la venta de gasolina “el problema empeoró” en Venezuela. Esta afirmación la hizo el dirigente del sector petrolero, Iván Freites este viernes 5 de junio.

En entrevista telefónica con Efecto Cocuyo, Freites manifestó que la promesa de la administración de Nicolás Maduro de resolver la grave crisis de desabastecimiento de gasolina, choca con la realidad.

Colas, protestas y escasez de combustible se mantienen en el territorio nacional desde el pasado lunes 1 de junio cuando comenzó la venta en dólares y a 5.000 bolívares por litro del carburante.

“Ellos calcularon mal, porque no saben el daño que en 20 años le han causado a la industria petrolera nacional, ni ellos mismos saben la magnitud de la destrucción que crearon”, sostuvo.

Freites dijo que una de las actividades medulares de Pdvsa es la distribución del combustible, pero ni siquiera se salvó del deterioro en la industria petrolera nacional.

Se necesitan 15 mil trabajadores  y 1.200 gandolas para normalizar la venta de gasolina en el país.

Además, se debe contar con “equipos en buen estado”: Tanques, tuberías, bombas, instrumentos de medición, surtidores, equipos y puntos de cobro. “Todo eso en un sistema complejo, de choferes, de gandolas, mecánicos para las gandolas y trabajadores de las estaciones de servicio”.

En esta primera semana hay pocos camiones cisterna y gasolina. Freites aseguró que solo están operativas 230; es decir el 20 % del total de la flota necesaria.

Gandolas funcionan a medias

Eudis Girot, directivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Fuptv), añadió que de esas cisternas operativas muchas tienen cauchos lisos, los choferes son mecánicos, no les hacen cambios de aceite ni filtro.

“Vamos vía al colapso operativo. Venezuela se va a quedar sin gandolas para transportar gasolina, eso está por llegar”, advirtió Girot.

Para recuperar el flujo del suministro, es necesario que exista la gasolina en los llenaderos de cada estado y que los poliductos que envían esa gasolina a las regiones tengan combustible.

Los cálculos son los siguientes: Se necesitan 7.000.000 de barriles de gasolina para abastecer los llenaderos y los poliductos.

“Normalizar el suministro de gasolina en Venezuela lleva seis meses en condiciones favorables y requiere inversión. Tienen que meterle por lo menos 800.000 barriles de gasolina a todos los poliductos del país. Allí se le van los cinco buques”, sostuvo.

Girot dio algunas cifras sobre esta realidad del transporte. En Bajo Grande (Zulia), de 267 gandolas solo operan 40 para toda esa región. En Lara, hay 27 de las 130 que tiene el llenadero de Maporal, mientras que en Puerto La Cruz están activas 24 de un total de 95.

“El tema de las gandolas es el talón de Aquiles de Maduro y El Aissami, va a llegar el momento de que haya gasolina en tanques y no haya cómo trasladarlas a las estaciones de servicio”, alertó.

Producción en caída libre

Para contar con 10 o 15 millones de barriles de gasolina, que es el cálculo de Freites para volver a la normalidad, serían necesarios unos 50 buques de Irán y no los cinco que descargaron combustible en las refinerías del país.

“No alcanzó la gasolina, porque la cantidad que se requiere es 10 veces superior a la que trajeron de Irán”. Añadió que Pdvsa al 5 de junio está produciendo menos de 400.000 barriles diarios de petróleo. La cifra llega a los 350.000 barriles diarios de crudo, de los que el 60 % sale de la Faja Petrolífera del Orinoco: 180.000 barriles diarios.

“En estas condiciones es mentira que Venezuela va a recuperar su normalidad en el suministro de combustible”, reiteró Freites.

Trabajadores presos, hostigados y explotados

Girot denunció las condiciones laborales en la industria. Trabajadores presos, hostigados y explotados, que no tienen seguro médico, operan en condiciones de “esclavos” y son vigilados bajo un régimen militar.

Recordó el caso del secretario del sindicato petrolero en Puerto La Cruz, José Salazar. Lo detuvo la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y un tribunal lo imputó. Está recluido en la cárcel de Puente Alaya, en Barcelona (Anzoátegui).

Con información de Efecto Cocuyo

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