A inicios de noviembre de 2018, un kilo de carne costaba en promedio 900 bolívares. En julio de 2020 incluso supera el millón de bolívares en algunas zonas del país

En menos de dos años de haber iniciado el programa de «recuperación económica» en agosto de 2018 con la reconversión monetaria, Venezuela vuelve a ser un país de millonarios pobres. Con el millón de bolívares que cuesta el kilo de carne en algunas zonas del país, en noviembre de 2018 se compraban 1.111 kilos, aproximadamente.

A inicios de noviembre de 2018 un kilo de carne de res costaba 900 bolívares en comercios de Caracas. Para ese entonces, un venezolano que ganaba salario mínimo o pensión -Bs. 1.800-, gastaba la mitad de su ingreso mensual en la compra de este producto. Meses antes, en septiembre y octubre de ese año, la carne escaseó porque el gobierno reguló su precio en 90 bolívares y ordenó fiscalizar su venta.

Un año y siete meses después, el precio de un kilo de carne en algunas zonas del país supera el millón de bolívares. Esta semana, en algunos comercios de la ciudad de Maturín, estado Monagas, la proteína animal llegó a 1.100.000 bolívares. En carnicerías del estado Carabobo un kilo de carne tenía un precio promedio de 1.054.000 bolívares el pasado 20 de julio, y en la isla de Margarita, Nueva Esparta, el alimento se conseguía en exactamente un millón de bolívares.

Esto significa que el kilo de carne en Venezuela aumentó 111.011% en un año y siete meses.

En comercios de otras zonas del país el kilo de carne se acerca al millón. En el estado Miranda, por ejemplo, cuesta 995.000 bolívares y en el estado Bolívar lo expenden en 990.000 bolívares.

Desde el inicio del plan de «recuperación» en agosto de 2018 hasta junio de 2020 los precios de bienes y servicios han aumentado un promedio de 2.220.997%, indica a TalCual el diputado y economista Ángel Alvarado, miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), que desde 2017 calcula el Índice de Actividad Económica (Iaeman) y el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) debido al retraso en la divulgación de cifras oficiales.

«La contracción económica de 86% desde que Maduro llegó al poder en 2013 ha generado en Venezuela una hiperinflación que ha destruido el salario, que ha hecho que en este momento 96% de los venezolanos vivan en pobreza, como ha referido la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), y que cinco millones de venezolanos hayan tenido que huir de este desastre económico que ha generado Nicolás Maduro», afirma Alvarado.

Actualmente en ningún estado del país se puede comprar un kilo de carne con los 400.000 bolívares del salario mínimo o la pensión. En Apure, por ejemplo, donde se consiguen los precios más bajos de algunos alimentos en todo el país, estos ingresos alcanzan para adquirir 714 gramos; mientras que en Nueva Esparta, el estado más caro para alimentarse, 400 gramos, de acuerdo con el Observatorio de la Canasta Alimentaria de la fracción parlamentaria de Primero Justicia, que semanalmente monitorea los precios de ocho productos básicos en los principales mercados de 19 estados de Venezuela.

En Caracas una persona puede comprar solo 465 gramos de carne con los 400.000 bolívares, mientras que en el estado Miranda solo adquiere 402 gramos.

«Que en ningún estado del país con un salario mínimo se pueda comprar un solo rubro de proteína animal, como carne o pollo, refleja la situación de precariedad de los hogares venezolanos», afirma el diputado y también economista José Guerra.

En Venezuela 79,3% de la población no tiene cómo cubrir la canasta de alimentos, mientras 96% de los habitantes se encuentra en situación de pobreza, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020 presentada el pasado 7 de julio.

Cuando Hugo Chávez asumió la Presidencia en 1999, el consumo per cápita de carne era de 23 kilos, aproximadamente. Trece años después, cuando Maduro llegó al poder, cayó 39% al desplomarse a 14 kilos por habitante.

Durante los primeros cinco años de gestión del «heredero de la revolución» el consumo por persona registró una contracción de 71% al reducirse a apenas 4 kilos al año por cada venezolano, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

«Nos estamos quedando sin clientes», afirma Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga). «Ahora hay un poquito de tranca en el mercado porque la gente no tiene poder adquisitivo para comprar carne ni leche. Hoy el sueldo es prácticamente inexistente, sobre todo el que le pagan a la mayor parte de los trabajadores del sector público. La gente come lo que pueda comer, cualquier cosa, más lo que venga en la bolsa que entrega el gobierno. Hoy no llegamos a ocho kilos per cápita de carne de res, de los 24 kilos que se consumían antes».

El productor indica que hay carne en los comercios por la fuerte caída de la demanda. Si el gobierno decretara un significativo incremento salarial y la gente se desbordara a las carnicerías, empezaría a haber fallas en el abastecimiento porque el sector no tiene capacidad de cubrir un incremento de la demanda.

«No habría capacidad de cubrirla porque nosotros producimos exactamente el 40% de la carne que demanda el país, no hay capacidad de saciar un aumento en el consumo. Si se consigue algo de carne hoy en el mercado es porque la gente no está comiendo carne, el consumidor tiene menos posibilidad de comprar proteína en este momento, a pesar de que la carne más económica de Latinoamérica es la de Venezuela», agrega Chacín.

Con información de Tal Cuál

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