Esta semana volvimos a ver la sinvergüenzura de este Gobierno que pretende pasarle por encima a todo aquel que no piense como él, sin importarle cuántas leyes viole en el proceso.
Primero la Asamblea Nacional aprueba la Ley de Amnistía y sale el señor Maduro a decir que la va a vetar. ¿Se habrá leído la Constitución de nuestra Venezuela? Cuando fue además constituyente y se supone formó parte de su redacción ¿Conocerán él o sus asesores las leyes de nuestro país? Francamente pareciera que no.
La Ley de Amnistía va, porque la Constitución así lo permite. En Venezuela la facultad para aprobar una Ley de Amnistía la tiene la Asamblea Nacional y la figura del veto presidencial no existe. Así que la aprobación de la Amnistía no se trata de si al Gobierno le gusta o no, se trata de que los venezolanos en la calle piden justicia y reconciliación, y esta ley les otorga eso que tanto anhelan ver en nuestro país.
Sería bueno recomendarles a los diputados del madurismo que se lean el artículo 187 de la Constitución, que dice que le corresponde a la Asamblea Nacional decretar Amnistía. ¡Léanse la Constitución!
La Asamblea Nacional también sancionó la Ley de Bono de Alimentación y Medicamentos para Jubilados y Pensionados, aprobaron en tres meses lo que los diputados del Psuv no hicieron en todos estos años, ¿y qué fue lo que dijeron los diputados maduristas?, que salvaban su voto porque el Gobierno no tenía dinero para cumplir esa ley.
Una ley que reivindica los derechos de nuestros abuelos, que dedicaron su vida a nuestro país y que merecen tener una vejez tranquila, y los diputados del Gobierno son tan sinvergüenzas que no la aprueban.
Y como si fuera poco, para cerrar la semana el TSJ declara inconstitucional la Ley del Banco Central de Venezuela, cuando lo verdaderamente inconstitucional es el decreto que firmó Nicolás Maduro en diciembre de 2015, que permite al Presidente del BCV negarle información al Parlamento y reduce la acción del mismo sobre la entidad financiera, además le concede al Ejecutivo la designación unilateral de todo el directorio del BCV.
Como ya lo hemos dicho, el TSJ es la nueva trinchera para defender la cúpula del Gobierno, pero el Poder Judicial lo vamos a cambiar, eso lo tenemos pendiente, porque los venezolanos merecen un Tribunal que funcione bien, que haga cumplir las leyes y la Constitución, y que no siga defendiendo intereses de un partido político.
No sé cuándo van a entender los de la cúpula del Gobierno que no son los dueños del país. Todo lo que se aprueba en la Asamblea Nacional lo frenan por el solo hecho de que son leyes propuestas por los diputados de la Unidad, que sí están haciendo valer los derechos de todos los venezolanos.
Esta es la forma de gobernar de Nicolás Maduro y su cúpula, que en 17 años, con la mayor bonanza petrolera que jamás había tenido el país, no han logrado poner a Venezuela en el nivel de desarrollo que se merece, por ser un país privilegiado en recursos naturales y capital humano, porque recursos y talento sobran en esta nuestra tierra.
Sin embargo, las noticias con las que nos despertamos esta semana muestran un país retrocediendo más y más. El Guri está a 4,89 metros del colapso y calculan que sus niveles se podrán recuperar en el 2018, pareciera que el Gobierno quiere que nos quedemos a oscuras para que los venezolanos no vean el desastre.
Imagínense ustedes lo que me dice nuestro pueblo en las comunidades que visitamos, que están congelando botellas de agua para que así la comida no se les dañe con los apagones. A ese nivel estamos llegando. Además nos dicen que están comprando velas, linternas, pilas, lámparas de gas, todo lo que sea necesario para sobrellevar los apagones, que cada vez son más frecuentes. Con lo golpeados que están los bolsillos de los venezolanos, nuestro pueblo está destinando parte de sus ingresos a los preparativos ante la posibilidad de estar sin electricidad. Se calcula que prepararse para vivir sin electricidad puede superar 235.000 bolívares.
En plena crisis eléctrica los venezolanos están sustituyendo los bombillos ahorradores por los bombillos incandescentes porque, aunque consumen más energía, significan un ahorro para su bolsillo por lo costoso de los bombillos ahorradores, ya que para adquirir 4 una persona necesita gastar hasta un mes de salario mínimo.
Esta semana, nos comentaban trabajadores de Corpoelec, personas que nos ven en las comunidades y se nos acercan a conversar, que es tan grande la crisis que está viviendo la institución que ni siquiera hay papel para imprimir las facturas de la electricidad.
Tan malas son las decisiones de este Gobierno que paralizaron el país completo en Semana Santa con la supuesta justificación de que se ahorraría energía y tuvieron que reconocer que fue un fracaso. Un país no se levanta paralizando sus actividades, un país se levanta con esfuerzo y mucho trabajo.
Y mientras el país se va quedando a oscuras, el Gobierno no hace nada para investigar los casos de corrupción, como la compra de 20 plantas generadoras de energía que nuestros diputados de la Asamblea Nacional sí están investigando por irregularidades, como sobreprecio y falta de operatividad por equipos pagados por el Gobierno que no fueron instalados.
Con Maduro no hay futuro, y no me tienen que creer a mí, solo tienen que ver lo que pasa a diario en nuestro país para darse cuenta. Por eso Venezuela está cansada del Psuv y esa cúpula del Gobierno. Los venezolanos están cansados de que se asignen los recursos con politiquería y no se haga justicia ante casos como los que mencionamos en estas líneas.
Algunos todavía piensan que se pueden reír en la cara de los venezolanos, y no es así. El poder más fuerte es el del voto, es el de nuestro pueblo. Por eso, nunca abuses del poder humillando a tus semejantes, porque el poder termina y el recuerdo perdura; y somos los venezolanos los que unidos vamos a revocar la incapacidad de este Gobierno, al que se le olvida que los gobiernos pasan, pero los pueblo quedan.
La diferencia entre dónde estuviste, dónde estás y dónde estarás mañana es lo que pienses y hagas hoy; y los venezolanos hemos aprendido que unidos somos capaces de lograr el cambio que merece nuestro país.
La voluntad de cambio se siente en todos los rincones del país. Casi 2 millones de personas han dado sus datos porque están dispuestas a firmar para el Revocatorio.
Los venezolanos queremos que en nuestra Venezuela haya un cambio del que todos nos sintamos parte y donde todos seamos llamados a avanzar y a progresar, y sabemos que ¡unidos somos invencibles!
¡Dios nos guíe en nuestros pasos y bendiga a nuestra Venezuela!