Sentada en un stand de ventas de revistas y golosinas en la planta baja de Centro Plaza se encuentra Cinthia Nieto. Aburrida atiende de lunes a sábado el pequeño espacio en el que visitantes y trabajadores del centro comercial y empresarial hacen vida. Sabe bien que en Venezuela ocurren muchos sucesos: “Muchas tiendas están cerradas, hay sobreprecio en las cosas, no se pide mercancía nueva hasta que la mayoría en exhibición se venda”. Pero, más allá de los obstáculos diarios con los que lidia, la veinteañera no sabe más.
Nieto no está al tanto de las noticias más relevantes del día porque en la televisión “no lo dicen”, no escucha la radio -que tampoco abunda en detalles- y las cuentas que sigue en sus redes sociales se alejan de dar un contenido informativo.
¿Sabes que Venezuela actualmente tiene un gobernante y un presidente interino?
Cinthia abrió sus ojos negros, una pequeña risa se dibujó en su cara. La incredulidad le invadía cada poro de su cuerpo. Su expresión no tuvo comparación.
La joven no supo en qué momento el parlamentario Juan Guaidó tomó posesión de la presidencia de la Asamblea Nacional (ocurrió el 5 de enero) y, aunque la marcha del 23 de enero fue masiva y tuvo repercusiones importantes en la opinión pública cuando el diputado se juramentó como “encargado”, se le explicó que las elecciones que el mandatario Nicolás Maduro dice haber ganado el 20 de mayo de 2018 se realizaron bajo un conjunto de irregularidades que evidenciaban que las mismas debían hacerse nuevamente, que el poder legislativo había declarado que existía una usurpación de la presidencia y que el diputado Juan Guaidó asumió “formalmente las competencias del Ejecutivo nacional como el presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y tener elecciones libres”.
La censura en Venezuela cala alto. Desde 2007, con el cierre de RCTV, la guerra a los medios de comunicación se declaró abiertamente. Sin embargo, desde 2013 -año en el que Nicolás Maduro tomó posesión de la presidencia de la República- hasta octubre de 2018, en Venezuela 115 medios de comunicación han sido callados.
Un informe elaborado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, la organización Espacio Público, Caracas Press Club y PEN Venezuela dio a conocer que, en cinco años de gestión de Maduro, se han cerrado 65 emisoras, 41 medios impresos han dejado de circular y ocho canales de televisión no están disponibles en la señal abierta. De igual forma, las organizaciones manifestaron que en 2013 cerraron ocho medios, cinco en 2014, ocho en el 2015, cinco en 2016, 59 en 2017 y en 2018 cerraron 30. Tan solo el fin de semana del 23 de febrero, seis canales de televisión internacional salieron de la oferta de las cableras.
Espacio Público, por su parte, informó que el pasado mes de diciembre cerró con “43 violaciones a la libertad de expresión, siendo la intimidación y la censura los casos más frecuentes”, 26 de aquellos casos fueron ejercidos por las fuerzas de seguridad del Estado.
El 2019 no llegó ileso. En tan solo dos meses la intimidación y censura a la prensa nacional y extranjera continúa. Marco Ruíz, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Prensa, denunció el pasado 31 de enero que “en lo que va de mes se han dado unas 40 agresiones a la prensa, y 19 de ellas son detenciones, en su mayoría, en contra corresponsales internacionales”. Asimismo, el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) emitió un balance de las agresiones a las que la prensa se ha visto sometida.
El informe detalla que se han suscitado 18 detenciones a representantes de medios de comunicación, un intento de detención, tres ataques directos a periodistas, siete detenciones de equipos y eliminación del material documentado, dos intentos de robo de equipos y dos deportaciones de corresponsales; y todo eso apenas en el primer mes del año “La detención es una medida que consiste en la privación temporal de libertad, cuya finalidad debe estar definida en la ley; lo que implica que todos los periodistas fueron detenidos arbitraria e ilegalmente”, manifestó Édgar Cárdenas, secretario general del CNP.
Mientras tanto, los canales y emisoras que aún quedan al aire poco dicen o refieren sobre lo que ocurre en el país; específicamente sobre aquello que gire en torno a Juan Guaidó.
El ataque continuó durante los sucesos del 23 de febrero. Tan solo ese día, se el Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys) reportó 21 violaciones a la libertad de expresión; 12 agresiones contra trabajadores de prensa y restricciones durante la cobertura tanto a periodistas nacionales como extranjeros; Radio Caracol y la Televisión Nacional de Chile, canales 982 y 708 respectivamente, fueron bloqueados de Directv; la señal de El Tiempo de Colombia, por órdenes de Conatel, fue bloqueada, así como Youtube y Google durante el día presentó fallas. En Santa Elena de Uairén se reportó suspensión de redes de comunicación fijas y móviles debido a la caída del servicio eléctrico; y en Apure, Conatel amenazó con cerrar aquellas emisoras que hablaran sobre los conflictos suscitados durante el paso de la ayuda humanitaria.
Con información de El Estimulo.