«Hace tres meses no echo gasolina subsidiada», «desde diciembre no lo intento», «tienes que tener palanca», «las colas son cada vez más sufridas», son algunos de los comentarios de los usuarios en relación con la gasolina subsidiada, que el gobierno asegura garantizar, pero que cada vez es más cuesta arriba conseguir. Así se desprende de un reportaje realizado por el portal Crónica Uno.
En él se destaca que «la esperanza de que el servicio mejoraría con el aumento del combustible y la oferta de estaciones ‘premium’ se diluyó con el paso de los meses».
Actualmente, son múltiples las denuncias de los conductores respecto a irregularidades en las estaciones de servicio.
«El subsidio se volvió simbólico para las familias», señala la publicación, pues en las estaciones en las que teoricamente se distribuye solo gasolina subsidiada, los conductores se encuentran con cobros irregulares de entre 5 y 10 dólares para poder surtir.
Por su parte, quienes se ven obligados a repostar a precio internacional, reciben un fuerte impacto en sus bolsillos.
Colas y corrupción alejan a los conductores
Las extensas colas y la corrupción han terminado por incidir en que los conductores decidan cambiar sus tradicionales estaciones de servicio.
Como en el caso de Hernán, quien puso gasolina subsidiada por última vez en junio de este año.
«Llegó a la estación de servicio La Estrella en San Bernardino a las tres de la mañana y salió a las cinco de la tarde, ese día decidió no volver más. Pero la razón no fue solo la cantidad de horas que tuvo que pasar allí, sino también la corrupción que veía. Hernán explica que a veces les pedían 5 o 10 dólares para dejarlos pasar, a pesar de que era una bomba con servicio subsidiado, donde el litro de gasolina debería costar Bs. 5000. Las llegadas a la estación se fueron volviendo cada vez más temprano, llegaba a las 6:00 a. m., a las 5:00 a. m., a las 4:00 a. m. y por último a las 3:00 a. m», narra Crónica Uno.
Y reitera que los usuarios han dejado de surtir en estaciones cercanas a su residencia, porque en muchas de ellas los problemas de despacho empeoran.
Por ello, diversos usuarios afirman que «ruletean», moviendose cada vez a distintas zonas en busca de una estación de servicio que funcione mejor.
Pero, ante la expansión de las irregularides en la generalidad de las gasolineras, muchos terminan por rendirse en su busqueda de combustible subsidiado y cambiarse por completo a la gasolina dolarizada.
Aun así, también se denuncia que el servicio no es del todo eficiente.
Con información de Banca y Negocios