Monseñor José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, responsabilizó al gobierno de las malas políticas que han llevado a los venezolanos a la pobreza y a emigrar. Asimismo llamó la atención de la oposición, a quienes exhortó a consolidar la unidad y coadyuvar a la reconstrucción del liderazgo social del país junto con otros sectores.

El arzobispo de Maracaibo señaló que en la oposición hace falta una fuerza motivadora. Indicó que existe un liderazgo opositor fragmentado con proyectos individuales que apuntan a la toma de poder sin un proyecto común de país.

“Tantas iniciativas que caminan cada uno por su lado, donde se cree que la perfección y la razón les protegen individualmente. Venezuela no se reconstruye a pedazos, no puede esperar ensayar cada una de las propuestas; de aquí la necesidad de la unidad, de verse las caras, de buscar puntos comunes, de dejar la arrogancia política”, refirió durante el evento que congregó a representantes de la Iglesia católica venezolana y de la sociedad civil.
Entre los puntos de la exhortación pastoral del panorama nacional, monseñor Azuaje indicó que se debe construir el liderazgo social no solo desde las cúpulas, sino desde las bases sociales.

Dijo que entre sus preocupaciones se encuentran las oportunidades de desarrollo que se han perdido en el país, a consecuencia de la implantación de un modelo político, que calificó de obsoleto, depredador, totalitario y hegemónico, “por el que lucha una minoría que ha generado pobreza en el pueblo”.

El prelado indicó que es un clamor despertar y reaccionar en este momento de reencuentro con el país. Afirmó que existe “otra Venezuela”, la de un pueblo que se siente engañado y cada día alza su voz a través de las múltiples protestas que se registran en todo el territorio nacional.

“Este pueblo está hablando, las miles de protestas que se suceden diariamente, aunque no se reportan en los medios de comunicación, manifiestan el gran descontento que existe ante la falta de racionalidad y pericia de quienes deben tomar decisiones en materia pública”, expresó el arzobispo.

Azuaje criticó y calificó de falta de humanidad que algunos dirigentes políticos se refieran como “muertes de las guarimbas” a los más de 130 asesinatos de las protestas de 2017. “Muchas de las personas que han llevado a la quiebra a este país se jactan de ser cristianos católicos (…) la vida de esas personas valía más que esta llamada revolución. Vemos tantas muertes y no vemos lo cristiano en ello. Los jóvenes no son un objeto que hay que eliminar”.

Con información de El Nacional

Ir a la barra de herramientas