El 90% de las empresas afiliadas a la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), manifestó una reducción importante en sus niveles de producción en 2016.
Según la última encuesta de coyuntura, realizada por ese organismo en el último trimestre del año pasado, el 51% de las empresas participantes indicó que la producción “disminuyó mucho” y 39% manifestó que “disminuyó poco”, informó Juan Pablo Olalquiaga.
Explicó su presidente, que la industria acumula cuatro años de contracción, consecuencia de la “falta de políticas públicas adecuadas y orientadas a incrementar la productividad, así como de los obstáculos que permanentemente pone el gobierno a la actividad productiva nacional”.
El industrial comentó que dado ese comportamiento desfavorable y consecutivo, hay desabastecimiento de bienes y colas para adquirirlos.
Olalquiaga destacó, que por primera vez en el historial de esa encuesta, los empresarios advirtieron encontrarse inoperativos. Especificó que en el tercer trimestre, 17% de los consultados afirmó no tener pedidos en cartera y en el cuarto trimestre, se elevó a 20% quienes informaron estar paralizados; 45% dijo tener un mes de trabajo asegurado.
Mientras que 85% asentó que sus ventas se redujeron mucho o poco y para 81% la cartera de pedidos es menor o mucho menor. Olalquiaga comentó que los más golpeados por esta reducción de las carteras de pedidos son los sectores de cauchos y plásticos, maquinaria y equipos eléctricos, muebles, repuestos de maquinarias y otras industrias, productos no metálicos y químicos y farmacéuticos.
Respecto al volumen de materia prima necesario para mantener sus actividades, 87% apuntó que disminuyó mucho o poco; 14% que se mantuvo igual y 9% que se elevó mucho o poco; los sectores más afectados fueron madera y papel, maquinarias y equipos eléctricos, químico y farmacéutico y textil y calzado. En cuanto a la situación del sector, para 65% es mala o muy mala y para el restante 35% es regular.
Entre los factores restrictivos a la producción nacional, la encuesta detectó los siguientes: incertidumbre en el escenario político e institucional, acceso a proveedores de materias primas, falta de disponibilidad de divisas y baja demanda nacional.
Confió que llama la atención el hecho de que 58% de los consultados señaló que su nómina se redujo poco o mucho; para 41% se mantuvo igual y sólo 1% dijo que aumentó. Esto tendría que ver por un lado con la fuga de talento hacia el exterior y por otro, con la incapacidad de algunas empresas de mantener sus nóminas completas debido a la caída de la producción y las ventas.
Cambio de rumbo
Frente a esta dramática situación, Olalquiaga mostró su preocupación ante el hecho de que la industria nacional está desapareciendo y el gobierno no hace nada para evitarlo.
Refirió que esta crisis del sector manufacturero afecta no sólo a los empresarios del sector, sino también a los trabajadores quienes pierden sus fuentes de ingresos y a los consumidores, quienes cada vez tienen menos acceso a los productos que requieren diariamente para satisfacer sus necesidades.
Y expresó que nadie puede ser indiferente ante el hecho de que 82% de la población nacional está en situación de pobreza, según los resultados de la encuesta Encovi. Olalquiaga aseguró que Conindustria ha venido insistiendo en la necesidad de un cambio en las políticas económicas que permita incrementar la producción interna. “La industria se sigue acabando y el gobierno destina las pocas divisas existentes para importar bienes terminados que luego distribuyen a través de los CLAP. Esas divisas deberían usarse para adquirir materia prima e incrementar la producción interna y generar puestos de trabajo en el país”.
Fuente: El Universal
Fecha: 29 de marzo de 2017