Todo lo que está ocurriendo en el país en materia fiscal, monetaria y productiva, es una acción deliberada para provocar la desaparición de la empresa privada y el sometimiento del consumidor a la gestión discrecional de las instancias públicas y no producto de la ignorancia y desconocimiento de la gestión administrativa de las autoridades, asegura el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio).
Advierte el organismo gremial, que hoy la voluntad política gubernamental no está al servicio de enfrentar las causas de la hiperinflación, del desabastecimiento de alimentos y medicinas, como de insumos y de materias primas para la industria y la producción primaria, sino de imponer su control político y social basado en el Plan de la Patria y en el desconocimiento de la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; no de salvar la economía nacional y garantizarle bienestar a la población, señala en declaración institucional.
De hecho, es por esa razón por la que, como también está sucediendo con el resto de los diversos sectores de la economía nacional, el comercio y los servicios cierra el 2016 en un ambiente de incertidumbre, zozobra y, junto con los consumidores, en un proceso de destrucción en general.
Expresan que hablar de destrucción en el sector terciario de la economía, equivale a decir que dicho costo económico y social nacional se traducirá en cierre masivo de modestas empresas, de mayor desempleo e informalización en todo el país, como de desaparición del patrimonio familiar de miles de emprendedores venezolanos, que hoy se empeñan en sobrevivir bajo los efectos hiperinflacionarios. Pero, además, y, sin duda alguna, en la existencia de centenares de miles de consumidores sin saber en dónde adquirir bienes y servicios para satisfacer sus necesidades básicas.
El año 2017 será de incertidumbre
Para Consecomercio, de igual manera, lo que ha sucedido durante las últimas semanas con la expansión de la liquidez monetaria y la reciente decisión de eliminar el billete de Bs. 100,00, y obligar a millones de ciudadanos de la tercera edad a canjear modestas pensiones por billetes de menor denominación, se traduce en un aparente sinsentido que no lo es tal. Porque un nuevo cono monetario por sí solo, sin que se adopten las necesarias decisiones contra el desorden fiscal y monetario que existe en el país, no garantiza éxito alguno contra las causas de la inflación.
Esta situación configura un hecho que afecta, por igual, a venezolanos indefensos, al comercio y los servicios y los ciudadanos no bancarizados, es decir, a los que integran el estamento popular y a los trabajadores agrícolas, pecuarios y del medio rural en general.
Las Cámaras y Asociaciones del Comercio y los Servicios, como de la Industria y la Producción diseminadas por todo el país y representadas en Consecomercio, llaman la atención, adicionalmente, acerca de que no es posible determinar condiciones funcionales para el 2017, principalmente para los primeros meses.
Todo está relacionado con el hecho de que la producción industrial interna ya ha cesado sus operaciones por razones contractuales, la escasez de insumos o materias primas, y las importaciones gubernamentales no se hicieron oportuna y debidamente, especialmente para garantizar una oferta acorde con la demanda que se genera durante la fecha.
En cuanto al abastecimiento basado en las importaciones de alimentos promovidas por gobernaciones y relacionados, si bien conforman una opción para el consumidor, no sólo satisfacen a quienes disponen de una mayor capacidad de compra.
FUENTE: EL IMPULSO
FECHA: 16 DE DICIEMBRE DE 2016