Comer carne se ha convertido en un lujo que muy pocos pueden darse. El prohibitivo precio de la proteína animal deja contra las cuerdas a las personas que deben resolver con arroz, pasta y granos sus comidas. De acuerdo a lo expresado por las personas consultadas “la carne se ha convertido en una comida de ricos” pues el kilo cuesta 65 mil bolívares lo que representa un mes y medio de trabajo de una persona que cobra sueldo mínimo (40 mil bolívares).

“El problema es que el poder adquisitivo del venezolano es cada vez menor. Cuando uno cobra uno saca lo indispensable y compra que si harinas, arroz, pasta y sal. Lo que sobra se come en sardinas o morcilla que es lo más barato”, decía Humberto Soto, hombre que trabaja como vigilante en una empresa de la Zona Industrial I, y quien asegura que no come carne desde hace más de dos meses.

“La última vez que compré el kilo estaba en 36 mil bolívares. Ahora vale el doble de eso pero yo sigo ganando lo mismo”, comenta el señor que, con un poco de pena, comenta que sus almuerzos son de arroz y pasta. “No puedo comprar más nada”, relata.

La carne no es lo único que ha desaparecido del menú de los venezolanos pues el resto de proteína animal como el pollo, el pescado o el cerdo también son incomparables. El kilo de pollo (46 mil bolívares) el pescado (de 19 mil a 79 mil bolívares) y el cerdo (70 mil bolívares) se han convertido en algo inalcanzable para la gran mayoría de personas.

“Quién con un sueldo mínimo puede comer proteína animal. La vida está cara y por eso vemos en la calle a tantas personas con hambre”, dice la señora Olivia Mujica, ama de casa residenciada en el norte de Barquisimeto.

Las personas tratan de sustituir la proteína animal con vegetales y carne de soya. Esta es una estrategia que sirve para acomodar los almuerzos; sin embargo, los valores nutricionales no son sustituidos.

Elvis Martínez, licenciado en nutrición, explica que el consumo de carne es indispensable para el desarrollo del ser humano. El especialista comenta que el consumo de la proteína animal en los niños que están en pleno crecimiento es vital pues el cuerpo requiere balancear la alimentación de forma correcta para lograr un optimo desarrollo.

“Ahora vemos que hay muchos niños con fallas en la talla y en el peso y eso obedece a la ausencia de proteína animal. Los niños no se están alimentando de forma correcta porque están consumiendo más carbohidratos (harinas) que otra cosa y eso genera niños con problemas de glicemia”, comenta Martínez.

Con información de La Prensa

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