Recientemente, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, acompañado por el vicepresidente del Poder Legislativo, Freddy Guevara, realizó una gira por algunos países miembros de la Unión Europea para conversar con presidentes de gobierno, cancilleres y primeros ministros sobre la grave situación política, económica y social que atraviesa Venezuela, además de solicitar la apertura de un canal humanitario de alimentos y medicinas para el pueblo venezolano.
Todas las visitas fueron oficiales. Borges se entrevistó en cada sede de gobierno con los jefes de Estado de Francia, España, Alemania y del Reino Unido. Enmanuel Macron, presidente de Francia; Mariano Rajoy, presidente del Gobierno Español; Ángela Merkel, canciller de Alemania; y Teresa May, primera ministro del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, coincidieron en reconocer y apoyar a la Asamblea Nacional, electa por más de 14 millones de venezolanos el 6 de diciembre de 2015, como la única institución legal, así como rechazar y deslegitimar la asamblea nacional constituyente comunal.
En contraste, Nicolás Maduro, representante de un gobierno cada día más aislado por los países democráticos del mundo, visita naciones con visos particulares, entre las que destacan, las sometidas a regímenes totalitarios, o sumidas en el atraso.
El país más visitado por Maduro: Cuba, subordinado por un gobierno comunista que golpea con pobreza, hambre y atraso desde hace más de 50 años. Recientemente visitó Kazajistán, nación de Asia central, ex integrante de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Urss), para participar en una cumbre de ciencia y tecnología de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC)
En el evento confesó que se convertirá en un dictador para “garantizar los precios del pueblo y la paz económica”. En tierras urales, Maduro se reunió con los presidentes de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; Irán, Hasán Rohaní, vistos por la comunidad internacional como pocos democráticos en su países, y por su par kazako, Nursultán Nazarbáyev, quien gobierna la nación desde 1991, tras la desintegración de la Urss.
Hay jefaturas de Estado en el mundo que se caracterizan por respetar la autonomía de los Poderes, así como los derechos humanos de sus ciudadanos, tales como la alimentación, la salud, la libertad de pensamiento, de propiedad y de comercio, pero también existen regímenes que anulan absolutamente dichos principios, con un solo fin: perpetuarse en el poder a costa del sufrimiento de sus pueblos.
Fuente: Prensa Henrique Capriles / Javier Ramírez
Fecha: 11 de septiembre de 2017