Lara empieza a ver la punta de la curva epidemiológica del coronavirus. Luego de casi siete meses desde que se registrara el primer caso de coronavirus en Venezuela el estado crepuscular empieza a ver con preocupación cómo los reportes nacionales registran una cantidad significativa de casos por día.

De acuerdo al último reporte dado por la gobernación del estado Lara hasta el día de ayer la región había contabilizado más de 2 mil 12 casos de coronavirus. De estos la gran mayoría de contagios han aparecido en las últimas cinco semanas pues, entre el mes de septiembre y los siete días que van del mes de octubre, la entidad ha registrado mil 337 contagios lo que representa el 67% de los casos totales.

Hasta la fecha Iribarren es el municipio que tiene más casos confirmados. El último reporte indica que Iribarren tiene mil 032 casos. 305 se concentran en la parroquia Ana Soto mientras que la parroquia Unión tiene 148 contagios. El alto número de pacientes diagnosticados en este municipio obedece a un tema estructural pues, es donde se concentra la mayoría de centros centinelas. La sobrepoblación y el tema de la exposición al virus también son razones determinantes a la hora de justificar el alto número de contagios registrados.

Además de Iribarren los municipios Palavecino, Jiménez y Morán también pasan la barrera de los 100 casos. En los dos primeros hay 199 contagios mientras que Morán reúne 128. Torres, que fue diagnosticado en Lara como el primer gran foco de coronavirus por la cercanía de la entidad con el estado Zulia, paró la cantidad de contagios en 150.

«Es importante analizar en frío estas cifras. En los últimos días hemos visto cómo el estado Lara viene expresando un aumento significativo en los contagios de coronavirus y eso es porque la exposición se hace mayor. Hay una gran cantidad de casos que no han sido diagnosticados y que están en las calles generando virulencia. Eso es un asunto muy delicado», sostiene el doctor Ángel Rivero, médico epidemiólogo.

El especialista señala que es necesario que en la región se respeten las normas de bioseguridad pues ve con preocupación cómo en las calles hay gente que todavía no usa el tapaboca. «Es necesario que haya mano dura para tratar de bajar el impacto de la COVID-19 en la región», sostiene.

Hasta el momento los boletines epidemiológicos en la región señalan brotes en algunos municipios. Palavecino, por ejemplo, ha tenido repuntes significativos en las últimas tres semanas pues de 77 casos pasó a 199. Lo mismo pasa en Morán en donde las autoridades sanitarias hicieron pruebas de forma masiva luego de las denuncias de fiestas clandestinas que habían en la zona.

Sólo en el municipio Crespo la entidad puede presumir de tener una curva de contagios aplanadas. Hasta la fecha el municipio ubicado al norte de Barquisimeto tiene 28 casos y presenta una media de contagios de cuatro diagnósticos por semana. El éxito que ha tenido el equipo sanitario en esta parte del estado es asociada a la radicalización de la cuarentena pues, con el sector económico parado y los mercados suspendidos, Crespo queda sin actividades que reúnan una gran concentración de personas.

Otra de las cosas que preocupa a los médicos en estos momentos es la gran cantidad de casos comunitarios que están apareciendo en la región. Aunque al principio la mayoría de casos que registraba la gobernación del estado Lara eran personas traídas de otros países, en estos momentos la realidad es otra pues, de los 2 mil 012 casos que hay confirmados, mil 690 son locales. Estos contagios representan el 84% de los diagnósticos. Dicho de otra manera, 8 de cada diez personas infectadas en el estado han contraído el virus en las calles de la entidad.

«Esto es algo que debe ser una referencia para las autoridades sanitarias. Es necesario hacer descartes de forma masiva en las comunidades porque hay una cantidad de personas infectadas que no lo saben. Una muestra de ello es el número de casos comunitarios que son diagnosticados a diario. Esto es algo que debe ser monitoreado muy de cerca por las autoridades pues estos números indican que el virus está entre nosotros», decía en días pasados el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara.

Carmen Meléndez, gobernadora del estado Lara, ha reconocido en reiteradas ocasiones este problema pues ha pedido a las personas que tengan calma y guarden las recomendaciones sanitarias. El llamado de la mandataria regional es insuficiente pues el estado sigue viendo cómo la cantidad de contagios aumenta día tras día.

Ojo con los jóvenes

Al igual que pasa en el resto del país Lara ha visto como la población joven es la más afectada por el virus. Aunque en todo el mundo son las personas de la tercera edad los que representan un grueso en la cadena de contagios la entidad crepuscular ha visto como jóvenes de diez a diecinueve años representan un foco de diseminación de la enfermedad.

Según reporta la gobernación del estado Lara son en total 150 los infantes menores a diez años los que se han infectado con la COVID-19. Lo que no se explican los epidemiólogos es cómo suspendiendo actividades de concentración infantil como las clases en todos los niveles o cerrando los centros de recreación como los parques o los centros comerciales hay una cifra tan alta de contagios.

Otro de los renglones de edad que preocupa es el que va de los 30 a los 39 años. Allí hay un total de 413 contagios. La cifra más alta totalizada en la región. «Las personas que están en edades productivas son las más afectadas. Es lamentable pero la crisis que hay en Venezuela obliga a las personas a salir de sus casas», dicen los médicos.

Aunque el Gobierno nacional asegura que la curva se aplanará en las próximas semanas la realidad es otra pues la comunidad científica espera que, para mediados del mes de octubre y principios del mes de noviembre Lara, al igual que muchas otras zonas del país, estén entrando en el pico de la curva de contagio.

«Aún no hemos visto el rostro más violento del coronavirus. La curva epidemiológica va en ascenso», es lo que dice José Félix Oletta, exministro de salud en Venezuela.

Lara se queda sin pruebas rápidas

En un callejón sin salida se encuentra la entidad. Mientras que el Gobierno anuncia día tras día contagios en la región el gremio médico cree que hay una gran cantidad de casos ocultos pues, la ausencia de pruebas rápidas en los centros centinelas hace que sea imposible un diagnostico a tiempo.

Dicen las personas por medio de las redes sociales que cada vez que van a hacerse las pruebas consiguen un pero. Tan marcada es la escasez de estas pruebas que en CDI o centro centinelas deben referir a pacientes porque no tienen cómo atenderlos.

«Ni el Gobierno sabe qué es lo que ellos tienen», dicen desde la Federación Médica.

Médicos no creen en guarapos

El miedo que hay por enfermarse del coronavirus hace que la gente experimente tomando bebidas caseras. En este momento cuando Lara empieza a ver la punta de la curva epidemiológica, hay mucha gente buscando de forma desesperada protegerse de la enfermedad; sin embargo, los médicos advierten que esta situación puede ser contraproducente pues las intoxicaciones por el consumo de guarapos a base de hierva se han convertido en una constante.

Dicen los especialistas que, por nada del mundo, es recomendable abusar de las bebidas a base de malojillo o pasota. La moringa tampoco es buena pues, en exceso, puede generar arritmia cardíaca. «Hay gente experimentado con cualquier cosa y eso no es recomendable. Un enfermo debe tomar lo que le mandan los médicos», señalaba en días pasados el doctor Ruy Medina, exdirector regional de salud.

Otra de las cosas que piden los médicos en la región es que eviten darle a los niños menores de diez años estos guarapos pues son más susceptibles a infecciones gastrointestinales.

Enfermos se curan solos en sus casas

En Lara si las personas no presentan afecciones respiratorias graves no van a los centros médicos. Esa es la sensación que tiene el gremio médico que ve con preocupación cómo hay muchas personas que, a pesar de tener los síntomas del coronavirus, prefieren quedarse en sus casas y guardar la cuarentena allí.

Aunque esta es una estrategia usada en muchos países del mundo en Venezuela esto representa un doble problemas pues la presencia de pacientes no diagnosticados aumenta la virulencia en la nación.

De acuerdo a lo que dicen los médicos este problema se da por el temor que tienen muchos enfermos a ser aislados en un centro centinela tal como ocurre en Carora donde los enfermos denunciaron insalubridad en un PASI, sin contar que no reciben atención médica.

Sin ir muy lejos en la Villa Bolivariana han llovido las quejas por la alimentación que le dan a las personas que se encuentran aisladas allí.

Con información de La Prensa de Lara

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