Desde 2016 están en los almacenes de Corpoelec el repuesto que hacía falta para evitar la explosión del equipo. La pieza se compró ese año porque debían cambiarlo. Su explosión y la afectación de los otros dos bancos de autotransformadores del patio de Guri B impiden sumar al sistema de 765 kv cerca de 2.000 megavatios.
De acuerdo con reportes y analisis manejados por el ingeniero José Aguilar, especialista en sistemas de generación eléctrica y sus riesgos, Corpoelec no hizo todas las reparaciones necesarias a esos equipos pese a contar con los repuestos.
A la fase B del banco autotransformador 2 de Guri le debían cambiar el bushing para evitar la explosión del lunes. Reportes de Corpoelec, revelan que en 2016 se hizo la compra del equipo porque se requería su cambio, pero no se hizo. Entonces, la faena de mantenimiento costaba al Estado 15 mil dólares, hoy se perdió esa fase valorada en cinco millones de dólares.
El banco de autotransformador 1 está afectado por los pararayos, que sirven para defensa de sobretensiones. Ese repuesto se cayó y decidieron inutilizar el autotransformador, pese a que en el almacén de Corpoelec está la pieza desde 2010, indicó Aguilar.
En el caso del banco de autotransformador 3, requiere urgente mantenimiento para alargar su vida útil. Tiene problemas con todos los bushing y los repuestos están en el almacén. Pero adicionalmente, sufrió daños en sus sistemas de control a raíz del incendio del banco de autotransformadores 2.
La fase b del banco de autotransformador 2 quedó destruido tras la explosión. Su recuperación sería posible con la instalación de la fase de reserva que tiene Corpoelec en el almacen de Guri, pero también tiene su bushing requiriendo de cambio y el repuesto se encuentra en el almacén, indicó Aguilar.
El ingeniero venezolano Paulo De Oliveira, profesor de la Universidad de Los Andes en Bogotá, explicó que un autotransformador del patio Guri B tiene una capacidad de 1500 MVA, suficiente para atender la carga de Caracas. “Si las buenas prácticas gerenciales se cumplieran, allí debería haber una fase de respaldo montada sobre unos rieles y en cuestión de un par de horas poder sustituir el equipo fallado. Si no hay repuesto, poco se puede hacer sino esperar varios meses a que se construya uno nuevo”.
Precisó que el costo de la fase dañada, dependiendo del fabricante, puede oscilar entre cinco y 10 millones de dólares.
Aguilar dijo que con los repuestos en el almalcen la faena de mantenimiento puede costar al Estado unos 70.000 dólares para poner operativo de nuevo el patio B de Guri y los trabajos pueden tardar un mes, si se labora las 24 horas. Mientras, el sistema se encuentra más vulnerable, según infiere De Oliveira.
Con información de El Pitazo