Marginados y discriminados se sientes los vecinos de los sectores de Barrio El Río, Rómulo Gallegos, Barrio San Cristóbal, El Paraíso, Las margaritas y Pozo Azul, pues los cortes eléctricos en esas zonas son cada día peores.
Y es que no es un solo corte de electricidad el que deben padecer, sino dos o tres, dependiendo del humor de los operadores de la sub estación ubicada en la avenida Marginal del Torbes, la cual sería la encargada de ejecutar los Planes de Administración de carga de la zona.
Finalizando la semana pasada y comenzando la que transcurre, vecinos salieron varias veces en la noche con pitos y cacerolas para manifestar su descontento, ya que los cortes eran de cuatro horas y solo dejaban dos o tres horas de electricidad entre cada corte, colmando la paciencia de quienes viven en la zona, pues hay sectores donde no quitan la luz.
Horlems Huérfano, habitante de Las Margaritas manifestó que son inhumanas las largas esperas que se hacen para que llegue la luz. Solo cuatro horas productivas tienen, por lo que todo se complica.
«Los muchachos no pueden hacer sus actividades escolares, ya que cuando no hay luz tampoco hay internet. Los datos se van y uno hasta incomunicado queda».
Agrega que no solo es el problema de la electricidad. Al no tener gas doméstico, deben cocinar con estufas eléctricas y si no cuentan con el servicio pasan hambre. La única opción que les queda es cocinar a leña y ya escasea la madera en la zona, pues muchos están padeciendo por esa situación.
Explica huérfano que en la zona ya hay vecinos con afecciones respiratorias, en plena pandemia por el COVID-19, donde los cuidados deberían extremarse, pero la necesidad de darles de comer a sus familias los obligan a usar el rudimentario método para preparar alimentos. «Ese humo se mete a las casas, pero no podemos molestarnos porque todos tenemos la misma necesidad. Le pedimos a Corpoelec, si es que leen y se enteran de las necesidades del pueblo, que revise esos cortes desesperantes de luz que están haciendo».
Desesperantes
Por su parte, Gregory Pérez, habitante de Barrio San Cristóbal califica de desesperantes los constantes cortes de electricidad a los que los someten a diario.
«Aquí nos quitan la luz de 6 de la mañana a 10 y de 3 de la tarde a 8 de la noche. Hay otra programación que es de 10 de la mañana a 3 de la tarde y de 8 de la noche a 2 de la mañana. Entre nueve y once horas diarias sin electricidad. No podemos hacer nada. Todo es a las carreras para aprovechar los ratos de electricidad que tenemos porque a veces nos la ponen y a la media hora nos la vuelven a quitar».
Comenta el joven docente que zonas como El Paradero se alzaron y le cayeron a piedras a la sub estación, cansados por los cortes eléctricos y ante la nula respuesta de los trabajadores de la planta. «Con palos y piedras llegó la gente de El Paradero y de una vez le pusieron la luz. Cuando empiezan a quitarles la luz, vuelven a hacerles la guerra y se la ponen. El lunes tuvimos que bajar hasta allá porque la luz llegó a las ocho de la noche y a las ocho y media ya estábamos los mismos sectores a oscuras, así que hicimos lo mismo que los otros».
Denuncian los vecinos que zonas como La Fapet, que es precisamente donde se encuentra la Subestación si acaso en el día les quitan la electricidad por una hora. «Ellos nos creen bobos. Uno sabe que en La Fapet no la quitan. No sabemos qué pasa, pero ahí siempre hay luz. Toda la zona puede estar a oscuras, pero La Fapet pareciera intocable y las cosas no son así».
El Paraíso y Pozo Azul
En el barrio El Paraíso la situación es la misma. Los largos cortes dejan de brazos cruzados a todos los vecinos. Jhoanna Méndez, afectada por la situación denuncia que hay días en los que duran media hora con electricidad, cuando vuelven a quitarla.
«Nos dejan cuatro horas sin luz, llega y a la media hora la vuelven a quitar. Esto es insoportable», señaló. Comenta que tiene dos niños y hasta los teteros debe prepararlos a leña, porque si no, sus pequeños aguantarían hambre.
De la misma forma. habitantes de Pozo Azul se están organizando para elevar la queja, pues ya no se soporta la situación. Isabel Vargas, habitante de dicha comunidad, lamenta que la calidad de vida de los ciudadanos de la zona se vea tan afectada por cortes y en comunidades aledañas no quiten la luz con la misma frecuencia.
«Nos tienen como ciudadanos de quinta, porque no se puede sobrevivir con una situación como esta. La comida se daña, los aparatos también, porque no es que quitan la luz, sino los bajones que hay antes de los cortes de luz. Así no se puede», dijo.
Aseguraron los vecinos que de seguir con el descontrol en los cortes de luz, van a tomar acciones más radicales, pues están cansados de la situación.
Con información de La Prensa Táchira