Cálculos de la Federación Venezolana de Asociaciones de Productores de Arroz (Fevearroz), señalan que 2016 cerrará con una siembra estimada de 107.000 hectáreas, apenas 33% de las 320.00 hectáreas destinadas para el cultivo de este cereal, lo que significa que el arroz seguirá ausente de la mesa de los venezolanos. Para los productores nacionales de arroz, llueve y no escampa. Pero solo en sentido figurado, pues la realidad es que para los agricultores del ramo la llegada de las lluvias no significará una mejora en el cultivo. Por el contrario, el sector vivirá este año el peor del que se tenga noticias en su historia reciente, toda vez que se espera que la siembra apenas alcance un tercio de la superficie necesaria.
“Hace dos décadas fuimos capaces de abastecer el país y además generar una oferta exportable durante varios años consecutivos, pero hoy no podemos siquiera abastecer las necesidades mínimas”, dice Fuaz Kassen, presidente de Fevearroz.
Según los datos de la federación, la producción total esperada en los dos ciclos de cosecha de este año (el actual y el de norte-verano que culmina a principios de 2017) es de apenas unas 454.000 toneladas de arroz paddy seco, lo que a duras penas satisface poco más de 28% de la demanda nacional estimada en 1,6 millones de toneladas anuales.
“Esto quiere decir que solo somos capaces de abastecer tres meses y medio de consumo”, señala Kassen, argumentando que ello hace necesario mantener la dependencia de las importaciones, una posibilidad que luce cada vez más cuesta arriba en virtud de la caída de los ingresos del país, por lo que Fevearroz llama al Ejecutivo a detener la abrupta caía de la producción nacional.
¿Las causas de esta caída? Las mismas que propician el retroceso de todo el agro nacional: déficit de insumos, discrecionalidad en la entrega de semillas, agroquímicos y herramientas por parte de Agropatria, única empresa encargada del suministro, caída de cartera de créditos real dado los altos precios de los insumos, impago de los subsidios remanentes de la cosecha 2015 y la nula eficiencia del Plan Nacional de Semilla, un programa que a decir de voceros del sector agrario, no ha rendido ninguna clase de frutos.
“El problema no es ya precio sino poner a andar el aparato productor porque estamos estancados. Es necesario contar con los insumos para poder producir”, señaló Kassen, quien reitera que para alcanzar una política de precios equilibrada y satisfactoria antes debe estimularse la producción.
Con pocas posibilidades –por no decir ninguna- para resarcir el daño y aumentar la cosecha de este año, Kassen estima que se hace necesario comenzar a planificar la siembra de 2017, a fin de poder recuperar la capacidad productora que, de acuerdo con los voceros del sector, puede tener un repunte inmediato si se cuenta con una estrategia coherente, especialmente en lo referente a insumos y semillas.
En marzo pasado, el gobierno autorizó el aumento del precio del arroz pagado al productor, que pasó a cobrar Bs. 70 por kilo de arroz paddy (antes recibía Bs 11 más un subsidio de Bs 16,80 por kilo), mientras que el precio al consumidor quedó establecido entre 118,32 y 120 el kilo según el tipo.
No obstante, la fuerte escasez en el mercado hace que los consumidores deban pagar el paquete del grano a precio de oro: hasta en Bs 3.000 el kilo, precio que supera en más de 150% el valor promedio de un kilo del cereal en Estados Unidos.
FUENTE: EL ESTÍMULO