La segunda ola del coronavirus ataca sin piedad y lleva a más del 50% de los pacientes a cuidados intensivos en el país. Expertos lo asocian a las intermitencias de la flexibilización, atención no especializada en casa y el daño de la variante brasileña. El personal atiende casos que pueden complicarse en menos de 3 días, que la mayoría vienen de un cuidado genérico domiciliario y al ingresar al centro público o privado, ameritan de la UCI. Un embudo que choca entre cifras locales y nacionales para la respuesta hospitalaria, cuando el gobierno regional confirma 183 camas de cuidados intensivos y aumentar en los próximos días, pero José Manuel Olivares, comisionado para Emergencia en Salud, denuncia que apenas se conoce de 160 camas UCI en el sector público a nivel nacional.
«Este rebrote viene en ascenso con casos diarios, porque se trata entre 8 a 10 veces más alta con la insuficiencia de pruebas que no considera a sospechosos ni a sus contactos», señala José Félix Oletta, ex ministro de Salud, al compartir el criterio del infectólogo Julio Castro, de que «la pandemia se encuentra en el peor momento». Su voz es más fuerte al denunciar el aumento progresivo superior al 50% de demanda para UCI en el país. Un aumento percibido desde el 30 de noviembre de 2.020, que luego de diciembre y carnavales «libres», registró hasta 12 veces más para cuidados intensivos y con el silencio sobre la certeza de las camas disponibles.
Rechaza la opacidad del ministerio de salud y el anuncio de la dotación para centinelas de 102 ventiladores en febrero de 2.020, correspondiendo 51 a Caracas y 51 para el resto de Venezuela. Un arranque insuficiente que había dejado 11 estados sin ventiladores. Luego el gobierno confirmó 23.762 camas para hospitalización Covid y 1.213 camas UCI a nivel nacional.
Tal radiografía es resaltada por José Manuel Olivares, comisionado para Emergencia en Salud y Atención Sanitaria al Migrante, al recalcar que se desconoce la exactitud de la disponibilidad de camas actualmente por las fallas en infraestructura. «Se sabían de alrededor de 12 mil camas en el país», recuerda y explica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), corresponden 10% a UCI, lo cual arroja 1.200 cupos para cuidados intensivos, pero apenas conoce de 145 ventiladores y 160 camas de cuidados intensivos.
Tal vacío se aprecia en el registro de algunos medios nacionales, con la denuncia por la deficiencia de la respuesta hospitalaria en el Distrito Capital, aún teniendo el primer lugar de afectados por Covid 19 al superar los 36 mil contagiados. Las cuentas giran alrededor de 34 camas UCI en siete principales centros asistenciales, a sabiendas de la complejidad en dotación de equipos de ventilación y la garantía del personal especializado en medicina crítica. Mientras el promedio es de 428 para hospitalización, algunos con entre 20 a 30 pacientes diarios.
Escenario local
Cuando se obtienen datos de Lara, Javier Cabrera, director regional de Salud, confirma que se cuentan con 183 camas para cuidados críticos y no les ha afectado el déficit de personal especializado, porque cuentan con el apoyo del personal cubano. Además de las 1.703 camas para hospitalizar desde leves a moderados en los 19 centinelas. Una contingencia que señala controlada, pero admite la necesidad de ampliar cupos al adelantar que el gobernador Adolfo Pereira en los próximos días anunciará otro lote de camas y acondicionarán un área en el hospital Luis Gómez López, además en algunos CDI.
Mientras Raúl Acevedo de la Asociación de Clínicas en Lara, también es comedido en el tema y sin precisar mayores detalles sobre las áreas Covid, precisó que cuentan con un poco más de 40 camas y más de 20 en UCI en la Canabal, Razetti, San Javier, Santa Fe e IDB Centro. Un escenario más limitado para ofrecer una mayor atención, frente a lo exigente del acondicionamiento con espacios acordes para los dispositivos encabezados por monitores, ventiladores y otros para poder estabilizar la crítica dificultad respiratoria, ante el feroz ataque del virus a los pulmones.
Son planos vividos por el personal médico y sanitario, que muchos catalogan de una evolución «rara», al tener cuadros que arrecian en cuestión de horas, desafiando la resistencia del sistema inmunológico y las vías aéreas, sin distinción de edad.
Es delicado
Cuando el gremio médico regional profundiza en el tema, señala lo sorpresivo del aumento de pacientes que ameritan cuidados intensivos tanto en centros públicos como privados. René Rivas, titular de Colegio de Médicos, resalta que un «alto porcentaje de quienes reciben atención domiciliaria por médicos generales, llegan al centro asistencial complicados e inmediatamente pasan a UCI».
Se preocupan por aquellas personas que no son vigiladas por un internista, intensivista, neumonólogo, emergenciólogo o demás especialistas que puedan responder ante el coronavirus. Llaman a la responsabilidad de los profesionales, ante lo delicado de los últimos casos. «Vemos cómo el avance es rápidamente progresivo entre 48 a 72 horas, desde la complicación pulmonar», resalta Rivas de estos cuadros más críticos en quienes padecen de artritis reumatoidea, obstrucción pulmonar crónica, fumadores, insulinodependiente, obesidad mórbida, entre otros.
La autoridad regional sanitaria también discutió esta situación con el gremio, por lo que Cabrera resalta el comportamiento más rápido y progresivo del virus. Al consultarle sobre la existencia de la variante brasileña en Lara, específica ese tipo de evolución en algunos casos de los municipios Andrés Eloy Blanco, Jiménez, Morán e Iribarren. Los síntomas se acentúan con dificultad respiratoria con malestar, fiebre, tos seca que termina en disnea. Ataca fuertemente con dolor articular y coagulación. Una amenaza que compromete la vida.
Con información de La Prensa de Lara