El aumento del encaje legal que impuso el Banco Central de Venezuela (BCV) a principio de año, en que el ordinario quedó fijado en 57 % y el marginal en 100 %, mantiene al sector en una puja diaria para conseguir liberarlo, debido al impacto negativo que muestran los indicadores. Al cierre de mayo el crédito alcanzó el nivel más bajo de los últimos 30 años. El economista y analista de riesgo financiero Leonardo Buniak explica que no existe precedente alguno.

“El proceso de intermediación financiera en crédito alcanzó el nivel más bajo en los últimos 30 años, ni siquiera cuando el paro petrolero había caído tanto. En 2018 la banca intermedió créditos alrededor de 48 %, es decir por cada 100 bolívares captados 48 eran puestos en crédito, el resto en inversiones de valores, entre otras. Al cierre de mayo de este año la intermediación financiera cayó 17 %, es decir que por cada 100 bolívares recibidos la banca apenas colocó 17 en crédito”, refiere.

El panorama en la banca pública es todavía más desalentador, motivado a que apenas otorgaron un 9 % de créditos, es decir que por cada 100 bolívares que recibieron solo 9 fueron prestados.

El BCV exponía en enero que la medida de elevar el encaje era para “lograr la estabilidad en materia cambiaria, monetaria y detener la hiperinflación”, algo que logró parcialmente al costo de mayor contracción en la economía, según coinciden varios expertos. En los últimos cinco meses el índice de precios al consumidor que elabora la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional registra una desaceleración en la inflación que se ubica por debajo de 50 %, a diferencia de 2018 cuando se mantenía entre 80 % y 100 %. Asimismo, el tipo de cambio se ha mantenido al alza, pero a un ritmo lento.

La política que lleva a cabo el Banco Central junto con el Poder Ejecutivo promete “recuperación económica, crecimiento y prosperidad”, sin embargo, para el gremio la medida los tiene en jaque desde el 29 de enero cuando entró en vigencia, lo que los ha llevado a tomar acciones que les garanticen algo de estabilidad a mediano plazo.

“El gobierno ha intentado frenar la presión en el mercado cambiario, ha intentado desacelerar la hiperinflación a expensas de una brutal caída del consumo privado y una contracción económica, todo esto a través de la extinción del crédito bancario, que es lo que genera crecimiento y desarrollo económico”, afirma Buniak.

La banca actúa sobre el gasto y el ingreso. En relación con el gasto dice que han optado por cerrar agencias y cajeros. Entre noviembre de 2017 y noviembre de 2018 cerca de 3170 cajeros automáticos de toda Venezuela fueron declarados obsoletos. Otra medida es incentivar los canales de pago electrónico para ahorrar dinero, despido de personal o los que renuncian no son reemplazados. “Han tomado acciones para reducir gastos operativos y administrativos, a través de políticas orientadas a evaluar la rentabilidad de red de sucursales de agencias, hay un cierre masivo de agencias bancarias. Además se está buscando a través de la tecnología una economía de ahorro”, agrega Buniak.

Por concepto de ingresos el gremio ha reforzado la recaudación por vía de comisiones bancarias, el cobro por asesorías, aumento en las comisiones por usos de cajeros de retiros de efectivo o en las comisiones por servicios electrónicos como las transferencias bancarias. A juicio del especialista estas políticas compensan la caída vertiginosa, pero no son sostenibles.

En abril la Asociación Bancaria de Venezuela (ABV) exhortó al BCV a cesar  por completo “las extremas exigencias de encaje”, pero en lo inmediato apelaban a una flexibilización del esquema vigente. La demanda del gremio no cesa, según el analista de riesgo bancario cada día el sector exige que se revise la medida y se libere el encaje, motivado a que es uno de los músculos que genera empleo y crecimiento económico a la nación; no obstante, desde el gobierno se responde que la prioridad es detener la inflación.

Con información de Crónica Uno

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