El hospital Raúl Leoni, de Guaiparo, que pertenece a la administración del Instituto Venezolano de Seguros Sociales en el estado Bolívar, no solo es conocido por lidiar con todos los casos de difteria que surgieron en la entidad luego de 24 años de erradicada la enfermedad. Ahora también sus médicos atienden diariamente hasta tres niños con desnutrición severa.
Médicos del hospital confirmaron que desde el 29 de enero se registraron nueve niños que no llegan al primer año de edad, que fueron hospitalizados con desnutrición severa, de los cuales tres de ellos fallecieron.
El 29 de enero murió una niña de siete meses, desnutrida y sin vacunas. Al día siguiente llegó otro bebé de tres meses de nacido y con el mismo diagnóstico. El 31 de enero el hospital colapsó con tres casos más: un paciente de 9 meses de edad con un peso de 5.500 gramos; otro de 3 meses de edad pesaba 2,150 gramos y una niña de un mes de nacida, con 2,200 gramos. Los dos últimos fallecieron pocas horas después de ser hospitalizados.
El 5 de febrero el área de Pediatría Menca de Leoni volvió a presenciar las consecuencias de la crisis alimentaria. Ingresó un niño de 9 meses de edad que pesaba 4,400 gramos. Tenía diarrea y sus padres lo trataban de curar con infusiones que le causaron daños en el riñón, según los pediatras. Ese día también llegó una hembra de 9 meses totalmente hinchada –característica de pacientes con desnutrición por falta de proteínas–. Solo pesa 5,500 gramos. Sus padres dijeron que era alimentada con crema de arroz porque no pueden costear fórmulas lácteas. Por ahora sigue hospitalizada.
“Justifican estas muertes como infecciones adquiridas en el hospital y no explican que esos niños llegaron tan desnutridos que no había manera de salvarlos”, denunció un médico.
Se le suman otros dos bebés que llegaron con lesiones parecidas a quemaduras en la piel, también característicos por la falta de alimentos. Su cuadro se empeoró con neumonía y fiebre. Siguen hospitalizados.
Los pediatras explican que no pueden obtener cifras generales de niños con problemas de hemoglobina y desnutrición leve, que también atienden a diario.
Otros pacientes que también engrosan la estadística de mortalidad infantil no están registrados en el centro de salud porque murieron en el camino al hospital. El 16 de enero falleció un bebé que murió cuando su abuelo lo llevaba en brazos porque estaba desvanecido. El menor murió y sus otros siete hermanos, también desnutridos, continúan en la misma situación.
Daño irreparable
La experta en políticas públicas de nutrición, Susana Raffalli, explicó que la esperanza de sobrevivir de esos niños con desnutrición severa es casi nula. Si recibe los cuidados extremos y sobrevive, el niño jamás podrá desarrollar el máximo de su crecimiento porque la talla perdida en los primeros mil días de nacidos no se recupera. Ellos están creciendo con un déficit cognitivo, no están desarrollando su sistema nervioso. La capacidad de repuesta, subdesarrollo psicomotor, se retarda”, precisó.
Fuente: El Nacional
Fecha: 10 de febrero de 2017