Los problemas vinculados a los servicios básicos se acentúan con el pasar del tiempo, ante la mirada inerte y la inacción de los entes correspondientes. El problema ya traspasó el umbral de las soluciones puntuales o coyunturales, se convirtió en un inconveniente de talla estructural, que requiere orquestar una serie de políticas que permitan restablecer la senda correcta en la prestación de los servicios.
El análisis se desprende de la publicación Monitor de Servicios que publica regularmente Cedice, donde destaca que “la coexistencia de subsidios desfasados a los servicios hace que la planificación de esas organizaciones se vea resentida por la falta de recursos. De igual forma, el entorno desfavorable que se vive en muchos ámbitos del país hace más difícil el desarrollo de soluciones que reviertan las condiciones”.
Se necesita mucho más que una cuantiosa inversión, se requiere el desarrollo de un plan de reparaciones y la inserción de un esquema estricto de mantenimientos que eviten recaer en los problemas, recomiendan. Una de las condiciones más es recobrar la calidad de las instituciones, esto va desde fijar las tarifas en función de los costos de producción y transacción hasta desarrollar esquemas de concientización para el correcto uso de los servicios.
Adicionalmente, se hace necesario diseñar nuevas maneras de prestación de servicio que sean amigables con el medio ambiente, así como también sostenibles y extensibles a todo el territorio nacional.
Los servicios más afectados han sido el suministro de agua y la electricidad. No obstante, el problema del transporte persiste y se agrava. El gremio de los transportistas se declaró en suspensión técnica del servicio por la falta de repuestos y condiciones para la prestación. Más del 90% de las unidades de transporte están detenidas en garajes y estacionamientos, por la falta de repuestos y mantenimiento. Eso supone una prestación deficiente del servicio en casi la totalidad de las líneas de transporte.
La falta de efectivo agrava el problema. Muchos transportistas se están dedicando al transporte privado o a otros rubros, que le permitan mejorar sus condiciones. En todas las regiones hay cementerios de autobuses por falta de repuestos, y la “ingeniosa” solución del gobierno es aumentar la cantidad de las llamadas “perreras”, cuya «invento» atenta contra la seguridad de los ciudadanos.
El gobierno nacional parece ignorar la grave crisis en los servicios públicos, afectando al calidad de vida de los venezolanos, y sometiéndolos a condiciones extremas de supervivencia.
Con información de Descifrado