De acuerdo a lo denunciado por pacientes y médicos oncólogos, en estos momentos la realización de quimioterapias y radioterapias ha disminuido hasta en un 75%, pues con el cierre de las fronteras y la ausencia de combustible en el país los familiares de enfermos no tienen cómo ir hasta Colombia para comprar sus fármacos.

Mirla Castro, exjefa de Radiología, del Servicio Autónomo de Oncología (SAO) explica que, en las últimas dos semanas, la institución aplica en promedio unas cinco quimioterapias por semana. La cifra es irrisoria si se toma en cuenta que, hasta hace un par de meses, el centro médico aplicaba unos 20 tratamientos a pacientes con cáncer.

«El problema es que el Seguro Social no está entregando tratamiento para las personas con cáncer. Los esquemas farmacológicos (batería de medicamentos) que da el Gobierno son en muchos casos incompletos, lo que significa que los familiares deben buscar en el mercado negro medicamentos que, por el cierre de las fronteras, ya no se consiguen», dice preocupada la doctora Castro.

Jorge Parra, activista por los derechos de pacientes con cáncer en la región, dice que el problema con la escasez de medicamentos no es nuevo, pues desde mediados del 2017, los pacientes oncológicos reciben a media sus tratamientos. «La escasez es una enfermedad mucho más grave que el cáncer. Hay enfermos que en sus ciclos de quimioterapias utilizan cuatro medicamentos y el Gobierno entrega dos», señala.

Con información de La Prensa de Lara

Ir a la barra de herramientas