Vender helados, café, cigarros, tapabocas, e incluso ser caletero, es el oficio que albañiles, carpinteros, plomeros, soldadores y hasta técnicos electricistas les ha tocado desempeñar para rebuscarse algunos billeticos demás y poder comprar la comida diaria de su familia.
Y es que el confinamiento como medida preventiva contra el coronavirus, tiene a muchos larenses pasando roncha, pues no pueden ejercer sus oficios ni abrir negocios.
«Soy la cabeza de una familia de 8 integrantes, y me dedico a la albañilería, pero con la cuarentena no me han vuelto a contratar y me toca salir a vender cualquier cosita en la calle para hacer plata para la comida», expresó Luis Pérez.
Isael Rodríguez, quien desde muy joven se dedica a la plomería, y durante esta crisis sanitaria por el coronavirus le tocó cambiar sus herramientas de trabajo por un paquete de bolsas plásticas que a diario comercializa en el centro de Barquisimeto.
«Al que se le dañe alguna tubería busca reemplazarla él mismo para ahorrar dinero que en estos tiempos hace mucha falta, pero para mí y mi familia ha sido un duro golpe, porque de los trabajitos que hacía era que podíamos vivir medianamente bien», comentó Rodríguez, quien además aseguró que las ventas de las bolsas plásticas con dificultad le alcanza para comprar un poco de yuca, una harina y en días buenos medio kilo de carne.
El caso de Luis Crespo también es admirable, él costea algunos gastos de su hogar cargando cajas a establecimientos de la ciudad, pese a que su profesión es ser técnico electricista. Ante la falta de trabajo acepta cualquier pago que los comerciantes le ofrezcan por bajar las cajas de los vehículos y llevarlas hasta el almacén.
«Bajar cajas en locales donde venden alimentos me resulta más que vender cualquier cosa en la calle, porque normalmente el pago es con comida y eso me ayuda para resolver lo que se necesita en casa para que mi esposa e hijos no se vean afectados por mi falta de empleo», añadió Crespo.
Así como estos trabajadores, que día a día salen de sus casas con el único objetivo que es lograr conseguir el sustento de sus hogares, hay cientos de larenses que desbordan las calles llenos de ilusión de poder generar un poco de dinero, dejando a un lado el temor que hace par de meses había ocasionado la llegada del coronavirus al país.
Estos vendedores que caminan las calles del centro para vender cualquier artículo con el objetivo de llevar el sustento a sus casas, denuncian que, supuestamente, los funcionarios de seguridad, en ocasiones no les permiten prestar su servicio.
Con información de La Prensa de Lara