Durante los apagones de marzo, cuatro personas han perdido la vida y nueve han resultado lesionadas con quemaduras de distinta gravedad debido al uso de de mecheros de aceite y otros métodos de iluminación con combustibles.
La última víctima fue un niño de cinco años, nativo de Muelle de Cariaco, estado Sucre, quien falleció el 1 de abril por las graves quemaduras que sufrió cuando su primo, de 13 años de edad, usó gasolina en lugar de gasoil para encender una lámpara casera. En la explosión ambos chamos resultaron lesionados, pero las quemaduras del infante fueron más extensas y le provocaron la muerte tras pasar tres días hospitalizado.
Otro de los fallecidos es una mujer larense de 35 años, Flor María Rivero, paciente con esquizofrenia, que sufrió quemaduras en más de 80 % de su cuerpo por un mechero que encendieron en su comunidad, el barrio La Lucha, el 30 de marzo. Su paisano, Andrés Antonio Hernández (73), comerciante, perdió la vida por una descarga eléctrica que le causó quemaduras y traumatismos cuando intentaba reparar los tabacos de un transformador en el sector 5 de julio, al oeste de Barquisimeto.
En el sur de Anzoátegui, en Guanipa, un joven de 19 años, identificado como Humberto José Guzmán Bellorín, falleció 15 días después de quemarse cuando intentó encender un mechero la noche del 7 marzo. Esta fue la primera víctima de los apagones. Sufrió quemaduras en 96% de su cuerpo. Guzmán murió a las 10:20 pm del 22 de marzo, por paro respiratorio, mientras estaba recluido en el Hospital Luis Razetti de Barcelona, donde fue trasladado el viernes 8 de marzo, un día después de que se incendió “como una antorcha humana”.
En el intento por apagarle las llamas que lo consumían resultaron lesionados su progenitora, Yusmerly Bellorín de 37 años, su hermano Rubén Guzmán, de 22, y el vecino Henry Chaurán (18).
En Portuguesa, los padres de Cristian Alexander Garrido García, de 5 años, luchan a brazo partido para lograr que lo atiendan en el Hospital Miguel Oráa de Guanare, debido a las quemaduras sufridas por el derrame de combustible de un mechero casero.
El accidente en el que menor se vio afectado el menor y su hermano ocurrió en su vivienda, en el caserío Monte Ralo de Guanarito.
En el hospital Arnoldo Gabaldón de ese poblado le dieron auxilios primarios, pero no lo podían mantener hospitalizado por falta de recursos. Tras su llegada al Hospital Miguel Oráa y hasta este lunes 1 de abril, no había sido atendido por falta de medicinas, insumos clínicos y una sala adecuada para atender su caso. Hasta este lunes sus familiares solicitaban apoyo para adquirir las medicinas que requiere para recuperarse.
Con información de El Pitazo