Rafael Cabrera, presidente de la Asociación de Fruticultores de Yaracuy, explicó que de las 35 mil hectáreas sembradas de cítricos en todo el territorio nacional no queda más de un 5% de plantación.
Precisó que esta situación se genera por la bacteria de un insecto llamada diaphorina citri, que ha traído que las plantas, especialmente cítricos, estén falleciendo.
Asimismo, enfatizó que esas plantaciones quedan hacia zonas más frías porque se ha ralentizado en zonas más frías como en Nirgua y hacia la zona de la Tendida entre Mérida, Táchira y Zulia.
Indicó que además, plantaciones de mandarina y naranja poco a poco están desapareciendo también por la bacteria del dragón amarillo y rojo.
“En la medida en que se va taponeando porque la bacteria genera almidones, las naranjas se van poniendo amargas y pierden la dulzura. Cuando se prueban y son amargas es consecuencia de ese proceso de la bacteria”
Insistió que tiene que haber un control de la diaphorina citri, “de hecho se luchó mucho para que se promulgara una providencia administrativa que era el marco legal sobre el cual se iba a actuar, pero no se implementaron medidas”.
Asimismo, remarcó que hay que tener plantas certificadas y que los viveros estén controlados de forma que se puedan llevar al campo plantas sanas sin bacterias para que el potencial genético se pueda producir en la tierra.
Partiendo de que esto suceda, Cabrera estimó que pudiera verse un cambio dentro de tres o cuatro años.
Relaciones con la industria
Durante una entrevista al programa Marca País, el representante del sector comentó que la asociación de productores está integrada verticalmente con la agroindustria de multifrutas, las cuales tenían instalaciones para procesar 50 millones de kilos de fruta anualmente y este año no lograron procesar cuatro millones.
“La tendencia es que estás industrias van a desaparecer y tienen que migrar a otro tipo de proceso para mantenerse en el tiempo”
De este modo, explicó las frutas que se ven en abundancia en el mercado, es porque las industrias ya no tienen capacidad de procesar y por ende, el producto se lleva al mercado fresco, “pero no es que hay abundancia”.