En la capital del estado Sucre los conductores no solo duermen en sus carros hasta que les toque su turno de echar gasolina, sino que comen dentro de sus vehículos y hasta hacen en ellos sus necesidades. Permanecer tres y hasta cuatro días en una cola ha generado, además de molestias e incomodidades, una suerte de solidaridad entre los usuarios para poder cuidarse entre ellos porque el estado no aplica ningún dispositivo de seguridad ciudadana.

Cumaná. Desde el 24 de agosto y hasta el 30 de este mes el estado Sucre fue incluido por disposición nacional en la fase tres de la etapa de flexibilización del 7+7, luego de que esta entidad permaneciera tres semanas en cuarentena radical. Para el ciudadano común en esta flexibilización, la activación del abastecimiento de combustible es uno de los sectores que más interés despierta. Sin embargo, deben permanecer tres y hasta cuatro días en cola para poder llenar el tanque de los vehículos. Para algunos esto significa que se “mudan a las bombas”.

El anuncio de la incorporación del estado Sucre en la flexibilización provocó que desde el mismo domingo conductores y motorizados se apostaran en los alrededores de las diferentes estaciones de servicio para llenar el tanque de sus vehículos y motos.

Para Juan Carlos García, un joven de 26 años de edad, ponerle gasolina a su carro era un reto, ya tenía más de dos semanas sin poder realizar sus diligencias personales porque con el combustible que tenía en el tanque de su carro solo llegaba a la estación de servicio.

Juan Carlos contó que cuando se enteró de la flexibilización amplia inmediatamente se fue a la bomba más cercana a su casa, la estación BP de Caigüire, pese a que por el terminal de su placa le tocaba echar gasolina el miércoles.

Así como Juan Carlos muchos pasaron hasta cuatro días en la cola para poder echar apenas 25 litros de gasolina, que debían cancelar en efectivo a menos que decidirán poner la premium, por la cual debían pagar 0,5 dólares el litro.

En las diferentes estaciones de servicios en Cumaná el caos era evidente. Se comentaba que solo atenderían 150 carros y desde el lunes a las tres de la tarde ya se habían cerrado las listas con los cupos según el terminal de placa de los carros que les tocaba echar gasolina este jueves 27 y viernes 28 de agosto.

Juan Carlos relató que prácticamente los conductores se “mudan” para la bomba. Allí esperan que algún familiar les acerque la comida o cuadran con alguna persona en la cola mientras hacen un viaje de ida y vuelta para la casa. «Es una tragedia, pero no nos dejan otra opción”.

Juan Carlos advierte que en el sector de la bomba donde decidió echar gasolina, en la comunidad de Caigüire, a los residentes que viven a orillas de la carretera y a unas cuadras de la estación por derecho de frente les corresponde el cupo de un vehículo, pero en lugar de uno meten en la cola tres y hasta cuatro carros, lo que genera mayor descontento entre los conductores que llevan hasta tres días en espera por su turno para abastecerse de combustible.

Para el señor Octaviano Gómez, de 65 años de edad, “esto no tiene nombre”, dijo al referirse al tiempo y las condiciones que tienen que soportar para echar apenas 25 litros de gasolina.

Yo mismo tengo que hacer la cola porque mis hijos se fueron del país, y mi nieto es apenas un niño”.

En estas colas, así como el señor Octaviano todos temen por su seguridad porque aseguran que el estado no activa ningún dispositivo de seguridad para garantizar la integridad de quienes hacen la cola para llenar sus tanques.

Entretanto, para Claudia Gil, profesional de Administración, la seguridad es un tema que angustia a todos. Insiste en que por ser mujer se siente más vulnerable.

En está cola por gasolina me ha tocado hasta orinar dentro de mi carro en un pote plástico, porque si no pierdo el chance de echar gasolina”, contó un poco apenada.

Claudia reconoce que a pesar de todas las molestias e incomodidades que generan las condiciones que tienen que soportar los usuarios para tener acceso a la gasolina, “también se crea una especie de solidaridad entre quienes están en la cola, porque toca cuidarse entre uno mismo”.

Nadie arriesga

En las diferentes colas que se hacen en las estaciones de servicio para echar gasolina en Cumaná, los usuarios denuncian “el complot” entre funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y personeros del gobierno.

Muchos denuncian que los funcionarios son los primeros que rompen el orden desde el momento que permiten el paso a un determinado número de vehículos sin hacer la cola y cerrar la estación cuando se acaba la gasolina, entonces se quedan sin llenar el tanque quienes llevan más de tres días en la cola.

Así como echan gasolina “los carros oficiales” sin hacer cola; los conductores son testigos de cómo pasan a grupos de motorizados para que carguen los tanques de sus motos sin que les corresponda por cronograma.

Ante esas irregularidades, David González aseguró que todo el mundo protesta en medio de la cola, pero nadie hace valer su derecho.

“Aquí hay mucho miedo. En una oportunidad quise reclamar y nadie me acompañó porque nadie quiere ir preso como pasó en Margarita”, acotó.

Con información de Crónica Uno

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