Desde el inicio de la pandemia, el régimen de Nicolás Maduro ha mantenido el discurso de que todo está bajo control. Sin embargo, los números que ofrecen y la curva de contagios desmienten esta aseveración. Las Academias contabilizaban para principios de septiembre unos 7.000 casos diarios
“Podemos decir que en Venezuela estamos aplanando la curva (de contagios del coronavirus). No es para cantar victoria sino para saber que la estrategia está funcionando, que se está logrando el control sobre la pandemia”, afirmó Nicolás Maduro el domingo 20 de septiembre.
De acuerdo con los datos oficiales, el comportamiento de la pandemia durante del mes de septiembre se manejó en promedio de 940 nuevos casos diarios, siendo el 8 de septiembre el día con el mayor número de contagios (1.213) y el 26 el de menor cifra (667). Pero otras estadísticas apunta a que, lejos de un aplanamiento, la curva sigue en ascenso.
Para el primer vicepresidente de la junta de directores de la Academia de Ciencia Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman), Ismardo Bonalde, en Venezuela “no se puede hablar de un aplanamiento de la curva porque desde el comienzo de la epidemia el problema fundamental es la capacidad de diagnóstico”.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) publicó un informe donde se indicaba que hasta el 28 de julio Venezuela solo había realizado 90.868 pruebas PCR, lo que significaba 16% del parámetro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al trabajo de investigación de Prodavinci titulado “Epidemia a ciegas”. Según los datos de esa investigación, Venezuela es país que menos pruebas hace en la región y el penúltimo del mundo después Indonesia.
Al respecto, Bonalde explica que mientras la capacidad de diagnóstico esté saturada no se podrá saber con exactitud el tamaño de la epidemia en el país. “Va a ser difícil saber cuándo estamos en el control de la epidemia”, asevera, y enfatiza que los modelos matemáticos indican que nuestra pandemia está en crecimiento.
“Desde la última semana de agosto y la primera de septiembre, nuestros cálculos arrojan que hay un crecimiento, un ritmo ascendente de la pandemia en Venezuela”, dice.
Esta información también se puede corroborar en la Plataforma Patria, donde el gobierno lleva el registro del crecimiento del coronavirus en el país, y cuyos datos demuestran el crecimiento de la pandemia y no un aplanamiento como insisten los representantes del oficialismo.
Una de las limitantes en Venezuela para conocer con exactitud la realidad de la pandemia es la cantidad de pruebas que se hacen por día. “Poniendo que en este momento estamos alrededor de 2.000 PCR diarias, eso todavía es bajo para la capacidad que requiere el país porque, de acuerdo con nuestros estudios matemáticos, a finales de agosto estábamos alrededor de 7.000 casos por día”, asegura el vicepresidente de Acfiman.
Según las estimaciones de Aficman y la Academia de Medicina, en el país se deberían estar realizando entre 8.000 y 10.000 pruebas cada día; sin embargo, la capacidad sigue estando cuatro veces por debajo.
Ello en parte sustenta la tesis del régimen de Nicolás Maduro, que desde el inicio de la pandemia ha mantenido el discurso de que todo está bajo control. Sin embargo, los números hablan de que el incremento no se ha detenido, y aunque entre agosto y septiembre las cifras de contagio demuestran estabilidad numérica (28.154 casos en agosto y 28.394 en septiembre), los especialistas insisten en señalar que ese aparente aplanamiento de la curva se sustenta en un subregistro de la casos y la poca capacidad de realizar más PCR.
Sobre el subregistro, los casos sobran. A modo de ejemplos: los cinco contagios y dos decesos que ocurrieron en septiembre en la familia Luces, en Maturín, estado Monagas, nunca fueron contabilizados por las autoridades regionales o nacionales; como tampoco los cuatro ocurridos en la familia González, en Carúpano, estado Sucre; o los seis de la familia Ramírez, en Caracas; todos ellos con resultados positivos en pruebas rápidas pero que nunca fueron corroborados con una PCR pues no había test en los centros asistenciales donde fueron atendidos.
Aplanamiento complicado
Mientras en Venezuela no se aumente el número de pruebas PCR por día y las cifras que se reporten sigan siendo insuficientes para el rastreo efectivo de la epidemia, va a ser muy complicado conocer dónde está parado el país y será más complejo conocer cuándo se va a aplanar la curva de contagios.
El segundo informe divulgado por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales advierte que si no se toman las medidas adecuadas, Venezuela podría llegar a registrar hasta 15.000 casos diarios de covid-19 para el mes de diciembre.
El secretario nacional de la Academia de Medicina, Huníades Urbina, recuerda que los primeros meses luego que el país fue declarado en estado de alarma por la llegada del virus, cuando se mantuvo el confinamiento estricto, el registro de contagios diarios era de 150 o 200, pero tras casi siete meses en pandemia los reportes superan los 900 casos diarios. A su juicio el detonante han sido las medidas de relajamiento.
«La flexibilización no debió haberse hecho de esa manera tan rápida y abrupta porque en Venezuela no se ha controlado la pandemia», agrega el especialista.
El también presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría explica que el desescalamiento de las medidas de cuarentena se debe hacer cuando el número de casos se mantiene estable por un tiempo considerable, pero contrario a eso, afirma que los contagios en el país van en ascenso cada día, por lo que las flexibilizaciones han sido contraproducentes.
Huníades Urbina enfatiza que mientras más cantidad de enfermos estén en la calle, así sean asintomáticos, existe mayor probabilidad de que se produzcan contagios en grandes grupos poblacionales.
En relación con esto, Ismardo Bonalde reitera que para evitar un escenario de entre 14.000 y 15.000 casos positivos de coronavirus hacia finales de año, debe haber un cambio en la estrategia que sea favorable a la población. Explica que si se aplican las estrategias apropiadas de salud pública, el parámetro de contagios puede cambiar y reducirse el número de personas positivas en las próximas semanas. Agrega que estas medidas tienen que ver con el confinamiento, distanciamiento social, uso de mascarillas, hacer pruebas masivas y rastrear los contagios.
Urbina aclara que lo sugerido por la Academia no es cerrar Venezuela, sino mantener abiertos los rubros importantes: farmacias, supermercados y venta de alimentos, «pero vemos a la gente comprando ropa y zapatos y eso no tiene sentido. Eso no es importante en una pandemia», enfatiza.
Contrario a lo que expone Bonalde, Huníades Urbina estima que para noviembre el país podría entrar en una suerte de estabilización de la pandemia, pero recomienda que de darse ese escenario, se mantenga el distanciamiento físico, el lavado de las manos y que los locales operen a 30% o 40% de su capacidad.
El médico es enfático en aseverar que el país deberá vivir con las medidas para prevenir el contagio no solo en el momento de flexibilización sino mientras no aparezca la vacuna. «Esta es una carrera de largo aliento, por lo menos de uno o dos años», afirma.
Capacidad hospitalaria colapsada
Si el escenario proyectado por la Academia de Ciencia Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) en su segundo informe se cumple así como ocurrió con el primero, uno de los aspectos que más preocupa es la deficiencia de la capacidad hospitalaria en Venezuela.
“Si no tenemos capacidad ahorita con este número de infectados, cuando tengamos 14.000 o 15.000 casos diarios vamos a tener un problema grave con la demanda hospitalaria y todas las estrategias de salud pública”, afirma Ismardo Bonalde.
De la misma manera, Huníades Urbina ve con preocupación que a casi siete meses desde que el país fue declarado en emergencia los hospitales sigan desabastecidos. El galeno rechaza que a estas alturas aún en los centros hospitalarios no haya agua, guantes, mascarillas o alcohol gel.
Sentencia que los centros de salud están en las mismas condiciones que hace siete meses, aún cuando hay muchas organizaciones no gubernamentales que trabajan de forma silenciosa aportando insumos. Sin embargo, recuerda que «una ONG no puede asumir el rol que le corresponde al Ministerio de la Salud».
La falta de insumos en los hospitales se hace evidente en la cifra de médicos fallecidos por la enfermedad, pues del total de decesos por la covid-19, para el momento de publicar este reportaje más de 25% corresponde a médicos.
«Eso en ningún país del mundo se ha visto. Ni en naciones que nos quintuplican los casos en proporción a la población, en esos ha habido 0,2% o 0,5% de personal de salud muerto. Aquí en cambio 25% son médicos. Eso significa que el suministro y las medidas de contención en primera línea no están siendo suficientes. Hay que proteger al personal de salud porque si caen como el resto de la población los hospitales serán una carcasa», advierte Urbina
Con información de Tal Cual